Wilder Delgado Suárez || @WilDelgado23
Este domingo Alemania jugará su final número quince en la historia del fútbol, entre Copas del Mundo y Eurocopas, siendo esta la primera en una Copa Confederaciones y la tercera en la era de Joachim Löw, quien ha dado un cambio drástico a la selección tetracampeona del mundo.
Löw se quedó con la dirección técnica de la escuadra alemana en 2006 una vez que Jürgen Klinsmann decidiera no renovar su contrato. Tras la negativa del ex delantero, la Federación Alemana se decantó por quien fuera su asistente.
El cambio que ha introducido el seleccionador a Alemania ha sido tal, que desde la Eurocopa de 2008 está teniendo una racha impresionante de semifinales jugadas, y no sólo ha cambiado en su manera de ganar, sino que ha introducido jóvenes elementos que poco a poco van ganándose su espacio en la escuadra.
En 2008 perdieron la final de la Euro contra una España envalentonada, que se afianzó en el gol de Fernando Torres; sin embargo, la derrota lejos de tumbarle los ánimos más bien se los subió y Löw siguió firme en su filosofía de cambiar la cara del balompié teutón.
Dos años después, en el Mundial de Sudáfrica, Alemania no pudo contar con varias de sus figuras por lesión (entre ellas Michael Ballack) y Joachim Löw se vio obligado a llamar a varios jugadores que militaban para ese entonces en la Sub-20: Mesut Özil, Sami Khedira y Thomas Müller, eran tres de ellos, y quienes a la postre se quedaron en las convocatorias siguientes.
Con todo y la juventud que poseía el equipo alemán, llegó hasta las semifinales donde nuevamente España se topó en su camino hacia el título. Un gol de Carles Puyol los dejó sin final y Alemania seguía con la sequía –no ganaba un Mundial desde Italia 1990-.
Italia los dejó fuera en las semifinales de la Euro 2012, siendo Mario Balotelli el verdugo de los alemanes. Pero, dos años después llegó la gloria para Löw y sus pupilos.
En Brasil 2014, Alemania realizó uno de sus mejores participaciones en un Mundial. Tras golear 1-7 a Brasil en las semifinales se midió con Argentina en la gran final, disputada en el mítico Maracaná, donde un gol en la prórroga de Mario Götze les dio el cuarto título en la historia para convertirse en tetracampeona del mundo.
Ya como campeones del mundo afrontaron la Eurocopa del 2016 y nuevamente “la maldición” de las semifinales en el torneo europeo se hizo presente. Francia esta vez fue el rival que los dejó sin final con doblete de Antoine Griezmann.
Un título en once años no es medidor para un equipo que va cambiando su forma de jugar y de ver el fútbol gracias a la llegada de Joachim Löw, quien para esta Confederaciones se dio el lujo de dejar fuera a su equipo élite para llevarse a uno muy joven.
Con este grupo de jugadores Löw podrá volver a rozar la gloria el domingo cuando enfrente a Chile, una de las mejores selecciones de Sudamérica y los Draxler, Werner, Ter Stegen, Stindl entrarán en la historia del fútbol alemán si se coronan en Rusia.