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En algunas ocasiones, los ganadores de la lotería no pueden creer que la suerte estuvo a su favor y al recibir la llamada de las autoridades, piensan que se trata de una estafa.
Esto, le ocurrió a una Déborah Burgess, de 56 años, quien se encontraba recluida en un centro hospitalario, donde recibió una trasfusión de sangre a causa de una anemia crónica.
Un mes antes, la mujer de origen británico adquirió un boleto de lotería. Sin embargo, las complicaciones médicas le impidieron corroborar los números ganadores.
Al lograr estabilizarse y ponerse al día, Burgess, accedió a su correo electrónico, en el cual se hallaban varios mensajes donde le informaban que había sido la ganadora del premio mayor de la lotería.
Inicialmente, la mujer pensó que este acontecimiento era imposible y que sólo se trataba de una estafa.
“No juego a la Lotería Nacional todas las semanas, pero cuando lo hago compro billetes para un mes a través de mi cuenta en Internet… No compruebo mi cuenta con regularidad y estuve enferma durante un tiempo (…) Después, me tomé unas vacaciones para recuperarme, así que pasaron meses hasta que revisé mi correo electrónico. Por fin pude ponerme al día después de unos meses difíciles y estaba revisando mis correos electrónicos en casa, había muchos después de no conectarme durante un tiempo”, explicó la suertuda.
Sin embargo, comentó que uno de los avisos provenía de la Lotería Nacional y le indicaban que verificara su estado de cuenta. Entonces, procedió a hacerlo en compañía de su madre.
Posteriormente, se comunicó de inmediato con las autoridades, las cuales le confirmaron los números ganadores: 2,7,17, 28, 31 y 37.
Por último, el gordo de 1.2 millones de dólares será destinado a unas merecidas vacaciones en Hawái y a unos arreglos menores en su hogar.