Hace 75 años, el 4 de mayo de 1949, el mundo del fútbol sufrió uno de los reveses más importantes de su historia: el Grande Torino, el mejor equipo de Italia del momento y base de la selección 'Azzurra', sufrió un trágico accidente aéreo sin supervivientes que terminó con la época gloriosa de un club destinado a dominar varios años más.
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Conocida como la Tragedia de Superga, debido a que el avión chocó contra la famosa Basílica de Superga, en Turín (norte), situada a más de 650 metros de altura, además de jugadores y directivos, en el accidente ocurrido a las 17.05 hora local fallecieron periodistas y miembros de la tripulación de cabina, con un total de 31 víctimas mortales.
El Torino disputó un partido amistoso contra el Benfica. La fecha elegida para disputar el encuentro fue el 3 de mayo, lo que obligó a la Federación Italiana a variar el horario de la jornada del campeonato doméstico y adelantar el duelo entre el Torino y el Inter al 30 de abril.
Un vuelo con mucha niebla
Al día siguiente, los 18 jugadores, la directiva y los periodistas que acudieron al partido se subieron al avión para volver a Turín en un día con unas condiciones meteorológicas muy desfavorables, con mucha niebla, viento y lluvia.
El piloto, creyendo que iba más alto, no pudo ver la Basílica debido a la espesa niebla y no tuvo tiempo de reacción para evitar la colisión mortal.
El seleccionador italiano, Vittorio Pozzo, Campeón del Mundo en 1934 y 1938, fue el encargado de reconocer los cuerpos.
Entre ellos se encontraban los 3 únicos supervivientes del equipo, que por motivos diferentes no subieron al avión para viajar a Lisboa: el segundo portero, Renato Gandolfi; Sauro Tomà, conuna lesión en la rodilla; y Luigi Gandolfi, joven de la cantera.