El Progressive Field, casa de los Guardianes, es un ícono del beisbol en Cleveland y ahora el décimo estadio más antiguo de la MLB, se prepara para una nueva era. A sus 30 años, este estadio ha visto más que su cuota de historia, desde remontadas épicas hasta momentos que han quedado grabados en la memoria colectiva de los aficionados. A diferencia de otros estadios contemporáneos que han sido abandonados, como el Ballpark en Arlington y el Turner Field de Atlanta, el Progressive Field es demasiado valioso tanto emocional como financieramente para ser reemplazado.
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En la década de 1990, la casa de los Guardianes (anteriormente Indios), lideró un renacimiento no solo para el equipo sino también para la ciudad de Cleveland. Ahora, con el proyecto "Progressive Field Reimaginado", el estadio se somete a una transformación que busca mejorar la experiencia de los aficionados y jugadores sin perder la esencia que lo ha hecho tan especial.
Las renovaciones que comenzaron en 2014-15 han introducido conceptos modernos de espacios compartidos, mejorando la interacción social y la conexión con el vecindario circundante. Con la primera fase de mejoras ya revelada y más en el horizonte para 2025, el Progressive Field está listo para reavivar el amor de una nueva generación de aficionados, asegurando que su legado continúe por muchos años más.
La zona cerca de la puerta del jardín derecho fue reconfigurada dramáticamente para contener espacio abierto y vistas del vecindario circundante. Un bar de dos pisos conocido como "The Corner" se convirtió instantáneamente en un punto de encuentro para adultos, mientras que el Clubhouse para Niños de dos pisos atrajo a los más pequeños. Las concesiones se mejoraron con restaurantes basados en Cleveland, se abrió una nueva área de club detrás del plato y se eliminaron asientos en el nivel superior.
Jim Folk, vicepresidente de operaciones del estadio y actual vicepresidente de mejoras del estadio, enfatiza que el Progressive Field "pertenece al público". Con la primera fase de mejoras revelada en 2024 y más por venir en 2025, el desafío de mejorar el edificio sin eliminar su alma ha sido tomado con la seriedad que merece.
Hace treinta años, el público se enamoró de este parque de beisbol. Ahora, es hora de volver a hacerlo.