Como en el boxeo y mucha otras disciplinas, áreas de la vida, tomar la delantera eventualmente puede determinar la consecución o no de un lauro, eso ocurrió este sábado con los Tiburones de La Guaira en su compromiso ante los Curaçao Suns en la Serie del Caribe Miami 2024.
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Ese importante chispazo fue obra y gracia (poder en este caso) de Ramón Flores, que con su cuadrangular en el mismo 1er inning marcó el camino a seguir para los escualos; ese batazo representó ese positivo golpe psicológico que rápido dio un envión al ya sólido, elevado ánimo del conjunto dirigido por Oswaldo Guillén. Esa buena química fue la que les permitió arrasar desde finales de diciembre en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP).
El tablazo del refuerzo tomado de Bravos de Margarita ratificó lo bien que están las cosas a nivel interno en Tiburones, donde la integridad del grupo continuó desbordando plena confianza, por eso Luis Martínez también trabajó con gran seguridad y completó los siempre deseados 5 innings para así entregar el resto de la faena a un bullpen efectivo.
Pero volvamos al caso con Ramón, porque es probable que muchos cuestionaran su arribo a La Guaira para ir a la “Pequeña Serie Mundial”, después de todo es algo hasta lógico considerando las altas y bajas ofensivas que experimentó con los insulares en la recién culminada temporada 2022/2023, mismas que dejaron en .270 su promedio de bateo en la eliminatoria y solo .219 en el Round Robin.
Eso es muy bajo para los estándares de la LVBP, pero aun así no olvidemos su ya demostrada calidad, esa que le permitió ser campeón de bateo con .416 puntos en el torneo 2021/2022, además, su average vitalicio es de .313. Fue un año difícil para Flores, pero en los dos primeros duelos (con promedio de .667) demostró ser otra escogencia adecuada del alto mando en Tiburones.