LeBron James siempre ha cautivado a los aficionados por su manera de jugar, su grandeza es incomparable y es por ello que es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Desde su llegada a la NBA ha logrado mantenerse en la élite y no tener piedad para dominar a cualquier equipo, incluso si se trata de una franquicia a la cual perteneció.
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Un ejemplo de esto sucedió el 2 de diciembre de 2010, cuando LeBron James pertenecía a Miami Heat e hizo su primer regreso al equipo que lo eligió, Cleveland Cavaliers. En esa oportunidad, se pensaba que James sentiría algo de miedo al volver a pisar el tabloncillo de su antiguo equipo, además del odio que sentían en ese momento los aficionados de los Cavs por su decisión de irse a otra franquicia.
Sin embargo, LeBron vio este partido como un reto para demostrar que no existía nada que lo intimidara. Es por ello que en dicho juego protagonizó un recital anotador para doblegar a los Cavaliers.
James terminaría el partido con 38 puntos en 30 minutos de acción, además registró 8 rebotes y repartió 5 asistencias. Desde entonces, LeBron ha demostrado no sentir piedad por ninguna franquicia, ni siquiera por el equipo que le brindó la oportunidad en el baloncesto profesional estadounidense.
El “Rey” como muchos lo conocen, es considerado como uno de los atletas más grandes de todos los tiempos y en esa oportunidad logró silenciar a la afición de Cleveland, quienes esperaban ver el fracaso de LeBron en su primera visita, con el pasar de los años este jugador continuó dejando increíbles actuaciones ante esta franquicia hasta que regresó a uniformarse con ellos nuevamente y darles un campeonato.