Manuel Vargas | @MA_Vargas7
Algunos deportistas tienen la facilidad de hacer ver que cosas que lucen imposibles de realizar, ellos las pueden hacer realidad con una sencillez aplastante. Roger Federer es uno de los que tienen esa habilidad y lo demuestra cada vez que sale a una cancha de tenis.
El suizo volvió a ser una muralla infranqueable para Rafael Nadal, esta vez en la final del Masters 1.000 de Shanghái, en la que doblegó al español con parciales 6-4 y 6-3, para agregar un nuevo título a su ya abultado palmarés.
Tal como ocurrió en Australia, Indian Wells y Miami, Nadal no pudo encontrar la fórmula para doblegar al helvético que con este triunfo ya suma cinco seguidos ante él, los últimos cuatro en este 2017. Y es que antes era el balear el que le tenía la medida tomada Federer (23-15 todavía domina Nadal), pero el tenis del suizo parece haber entrado a un estado al que el español no sabe cómo descifrar y en Shanghái lo volvió a padecer.
Un Federer exprés
Federer ha venido aumentado su nivel con cada partido que ha disputado en el torneo, así que al momento de entrar al Qizhong Stadium lo hizo en una marcha más que Nadal, que con un estabilizador en su rodilla, parecía que desde el inicio arrancaba un peldaño abajo. El primer punto fue prueba de eso.
Con errores impropios de lo que venía mostrando, Nadal perdió su primer saque y con la confirmación posterior del suizo arrancó una dinámica que el español nunca supo contrarrestar. El saque de Federer, su revés y, sobre todo, su drive estaban haciendo que cada punto fuera un suplicio para el mallorquín, que trataba de responder con pelotas difíciles, pero Federer se las devolvía aún mejor.
La precisión de Federer hacía imposible una reacción de Nadal, que realmente nunca tuvo la oportunidad de entrar a un partido en el que claramente el ritmo lo marcó el de Basilea. Tras ese primer set sin fallos, el suizo siguió con su guion mientras el español trató de seguirlo sin mucho éxito.
El partido continuó al compás que dictaba Federer. Su saque de cirujano y su derecha no dejaron espacio a un Nadal sin esa cuota de explosividad que mostró en otros partidos. En ese segundo parcial el de Manacor cedió dos saques, siendo el último de ellos el que le dio el título al suizo, el sexto para él esta temporada.
Para el helvético ya son 96 títulos en total en su carrera, el número 27 en torneos Masters 1.000. A los 36 años muchos pensaron que sería el final de una era; pero está, como su sala de trofeos, se sigue alargando.
La pelea por el número 1 también continúa, porque ahora solo 1.960 puntos separan al suizo del español. Con el Masters de Londres en el horizonte y un juego que se le atraganta Nadal, Federer puede aspirar a subirse, una vez más, en la cima del tenis mundial.