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Rio 2016

Venezuela: Talento Naciente para Tokio 2020

Por Meridiano

Lunes, 22 de agosto de 2016 a las 05:03 pm

Rowerth Goncalves /[email protected]

Venezuela llegó a Río de Janeiro con la segunda delegación más numerosa de la historia, 87 atletas se hicieron presentes en la urbe carioca encabezados por el espadista Rubén Limardo, quien arribó al territorio amazónico con la titánica misión de repetir la gesta de Londres 2012 y revalidar su título olímpico. Tras 19 días que paralizaron al mundo, el deporte venezolano tuvo un cambio generacional y dejó la mesa servida para Tokio 2020, donde los criollos buscarán imponer topes de medallas en la magna cita del deporte.

El Comité Olímpico Venezolano vaticinaba cinco medallas y once diplomas, pero se quedó corto. Los criollos se trajeron tres metales (igualaron el tope conseguido en Los Ángeles 1984; entonces fueron tres bronces) y nueve diplomas. Aunque no se cumplieron los pronósticos del organismo criollo, la delegación venezolana firmó su tercera mejor actuación de la historia, las primeras son México 1968 y Londres 2012, al conseguir medallas de oro.

Lo más resaltante de la actuación venezolana es que sus tres medallistas tienen una media de edad de 21,6 años, lo que entrevé que en los próximos Juegos las caras que resaltaron en el equipo nacional podrían consagrarse en la cita asiática.

La savia nueva. Yulimar Rojas demostró por qué es la cara del deporte criollo en la actualidad. Las opiniones estaban divididas con respecto a su actuación en Río. Su precoz proyección en las grandes citas mundiales le daba un espaldarazo para esta justa, que asumió con mucho profesionalismo y madurez.

En la fosa de arena, la caraqueña, criada en Pozuelos, Puerto La Cruz, demostró de qué estaba hecha y logró hacer sudar a la colombiana Caterine Ibargüen, múltiple campeona en el salto triple, quien tuvo que saltar 15,17 metros para alejar a la criolla de lo más alto del podio, pero su brinco de 14,98 la colocó con la plata y se convirtió en la segunda medallista del atletismo, el primero fue Asnoldo Devonish en 1956 con un bronce en la misma prueba, y en la tercera medalla de plata criolla, tras Pedro Gamarro (1976) y Bernardo Piñango (1980), ambos boxeadores.

En la disciplina que más medallas le ha dado al país había un intervalo de 32 años sin conseguir algún metal. Yoel Finol acabó con la sequía y el boxeo volvió a brindar alegría a Venezuela con bronce. El de El Vigía hizo historia al convertirse en el primer medallista criollo en los 52 kilogramos y en el más joven en obtener una presea para la nación (19 años). Finol tuvo una descollante actuación en el cuadrilátero y pudo demostrar todo el trabajo que ha hecho el equipo Caciques de Venezuela en este periplo.

En el papel era favorita para estar en el podio y cumplió con lo estimado. Stefany Hernández sorteó obstáculos en los morritos y las curvas del BMX y se adjudicó su primera medalla olímpica con un bronce en la prueba que dominó su amiga, la colombiana Mariana Pajón. La criolla, campeona del mundo en 2015, también entró en los anales de la historia con esta presea, al ser la primera que se consigue en el ciclismo y eleva a ocho las especialidades en las que Venezuela aparece en el medallero.

Fuera de sus fronteras. Los criollos que subieron al pedestal olímpico tienen una particularidad: la preparación en el exterior ha sido fundamental para la consecución de metales en la magna cita del deporte. Rojas tiene ocho meses preparándose en España con un excampeón olímpico, el cubano Iván Pedroso. El entrenamiento de la saltadora la ha hecho acreedora del Campeonato Mundial In-door y de dos medallas de plata en la Liga Diamante.

Por su parte Hernández, quien es parte del programa de solidaridad olímpica y está becada por la UCI, tiene residencia en Suiza y una preparación en todo el circuito europeo de BMX. La guayanesa llegó a estar en la segunda posición del ranking mundial, pero las lesiones han hecho que caiga hasta el octavo puesto. La criolla se convirtió en campeona mundial en 2015, en la justa que se celebró en Bélgica y ahora en medallista olímpica.

El caso de Yoel Finol no es muy alejado a esta realidad. El merideño, junto con el resto del equipo de boxeo, tuvo un arduo entrenamiento en suelo cubano con el conjunto antillano y con otras naciones. Además el ingreso de Caciques de Venezuela a la Serie Mundial de Boxeo que organiza AIBA ha servido de fogueo para los criollos.

Trabajar fuera de nuestras fronteras con los mejores del mundo ha sido primordial en la consecución de estos éxitos, pero para que se masifiquen este tipo de actuaciones individuales se necesitan muchos centros de alto rendimiento en el país y potenciar las actividades deportivas que le han dado gloria a Venezuela. Mientras se concentre todo el deporte en un solo lugar, solo tendremos este tipo de destellos y no una actuación colectiva que haga vibrar a la nación.

También brillaron. No solo los tres atletas antes mencionados le dieron regocijo al país. Deportistas como la gimnasta Jessica López cerró con una nota muy positiva su periplo por tierras cariocas. La criolla consiguió dos diplomas olímpicos al llegar a la final del All-Around y de las barras asimétricas, donde luchó con la estadounidense Simone Biles, que se llevó cuatro doradas. La actuación de la caraqueña es histórica para la gimnasia criolla.

Otra disciplina que estuvo a punto de realizar una gesta fue la lucha. Betzabeth Argüello y Pedro Ceballos pelearon por entrar en el podio olímpico, pero luchadores azerbaiyanos les negaron colgarse las primeras preseas del deporte para el país. Yaniuska Espinosa en la pesas y Edgar Contreras en el taekwondo también llegaron a conseguir el pergamino. En el caso de Contreras luchó por la de bronce.

Decepciones. No todo fue alegría para Venezuela. El conjunto criollo sufrió grandes y dolorosas derrotas que, incluso, rayaron en la decepción. Rubén Limardo no pudo con el peso que tenía sobre sus hombros y se quedó en su primera pelea en Río ante el egipcio Ayman Fayez, en un combate que hizo deslucir al criollo. Pero no solo fue Limardo quien no cumplió las expectativas. El equipo de espada llegó con grandes vítores a la cita amazónica, pero se quedó en el camino.

La natación también quedó a deber en los primeros Juegos realizados en Suramérica. Al menos esperaban un diploma en la pileta, pero solo Cristian Quintero y Carlos Claverie dejaron buen sabor de boca. Albert Subirats, quien anunció antes de la justa que sería la última en la que participaba, no mostró el nivel que lo hizo ganador de un bronce en los campeonatos mundiales.

Andreína Pinto era una de las grandes realidades de la delegación, su final en los 800 metros libre de Londres 2012 era su currículo, pero en Río se vio poco de la aragüeña, que no pudo reeditar su gesta en las frías aguas inglesas.

La Tierra del Sol Naciente se muestra como un lugar de consagración del deporte venezolano. Los atletas criollos tienen potencial para realizar una gran gesta en territorio nipón, pero deben crearse instalaciones con todas las comodidades y la tecnología para que el desarrollo deportivo no sea solo casos aislados de individualidades y no se hable solo de una “Generación de Oro”, sino que las medallas en Venezuela se hagan frecuentes y se logré ser una potencia deportiva.

Faltan 1.413 días para que comiencen los próximos juegos, específicamente el 24 de julio de 2020. Tiempo para mejorar hay de sobra, ahora falta saber si las autoridades deportivas aspiran a desarrollar nuevos campeones olímpicos.

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