María Isabel Moya || @MarisabelMoya
Un total de 10 medallas obtuvo Suráfrica en estos Juegos Olímpicos de Río 2016, entre ellas dos de oro. Pero, una de esas preseas doradas la consiguió la atleta intersexual Caster Semenya en la carrera de los 800 metros femeninos.
La intersexualidad de Caster Semenya la ha valido de críticas y problemas en su carrera como deportista desde 2009 cuando, con apenas 18 años de edad, ganó el Mundial de Berlín en la carrera de los 800 metros. La queja entre sus compañeras, por su aspecto varonil, obligó a las autoridades a realizarle pruebas hormonales que arrojaron que era hermafrodita, es decir físicamente tiene genitales femeninos, pero internamente tiene testículos internos y carece de útero.
La información expuso a Caster Semenya al escrutinio público que la condujo a un estado de depresión. Más tarde varias atletas se vieron afectadas, puesto que el Comité Olímpico Internacional y la Agencia Mundial de Antidopaje implantaron una norma que obligó a este tipo de atletas a someterse a un tratamiento que bajara su tasa de testosterona.
Sin embargo, Dutee Chad, atleta india, introdujo un recurso ante el TAS y logró suspender el artículo hasta 2017, por lo que Caster Semenya pudo participar libremente en Río, además ya había asistido a Londres 2012, donde obtuvo la medalla de plata.
A sus 25 años, la surafricana y su polémico caso llegaron a Río y nuevamente varias atletas no se sentían cómodas al competir con una atleta que tiene un plus por su condición hormonal.
Caster Semenya, quien actualmente se encuentra casada con una mujer, obtuvo fácilmente la presea dorada en Río 2016 en la carrera por los 800 metros al llegar a la meta en 1:55.28 min en la gesta final, por encima de Francine Niyonsaba de Burundi que con 1:56.49 se quedó con la plata.