La pista de juego es una especie de jaula circular con paredes de cristal y en la que, a diferencia de otros deportes de raqueta, no existe red. La simplicidad del juego permite su práctica en cualquier lugar, como en la playa o sobre hierba.
Los jugadores se colocan tratando de ocupar el mayor espacio posible de la cancha y en el centro de la misma hay una zona marcada, a modo de diana, en la que debe botar la pelota.
De los deportes de raquetas, es de los que menos espacio necesita para jugarse, y por fin, en éste deporte todos los espectadores disfrutan del mismo punto de vista de la pista.
Las raquetas son pequeñas, similares a las utilizadas para practicar el squash.
El objetivo del 360 Ball es botar la pelota en el centro de la pista usando para ello no más de dos toques y tratando de que la pelota rebote fuera del alcance de los oponentes.
Una partida de 360 Ball no concluye hasta que un equipo logra llegar a 21 victorias, proclamándose ganador del encuentro.
Pese a que aún es poco conocido, resulta bastante espectacular verlo, y sobre todo curioso.