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La responsabilidad de los Giants con Beckham en los partidos

Por Meridiano

Miércoles, 17 de octubre de 2018 a las 09:38 am

Hace dos años los Giants renovaron a Eli Manning con un contrato de cuatro años y 84 millones de dólares, con 31 de ellos recibidos al firmar y 67 garantizados. Este año, en concreto, Eli recibirá 16 millones de dólares. Redondeando, un millón de euros por partido. No hay manera de monetizar cada jugada, pero si dividimos ese millón entre los 43 pases que lanzó el jueves pasado, incluidos los incompletos y la intercepción, cada uno le costó al equipo 23.255,8 dólares. Bastante más que el sueldo bruto de un mileurista español en un año en cada jugada.

En realidad, Eli no tiene culpa de nada de lo que está pasando en los Giants. A él le pagan y él va a trabajar. Como un clavo. No falla ni un día por mucho que tú o yo, con tantos cardenales en el cuerpo y tantos dolores, no dudaríamos en pedir una baja inmediata, o una excedencia remunerada. Y además estoy seguro de que se deja el alma en cada partido, en cada jugada. No puedo negar que Eli sea un currante si se puede definir así a un jugador de la NFL. Otra cosa es que hoy sea un paquetón.

En realidad esto no va de Eli Manning. Ni siquiera de si se merece o no algún respeto por lo que hace o por lo que hizo. En la vida real el respeto no le importa a nadie. Porque la realidad es que en esta jungla casi nadie respeta a nadie si no es porque le interesa. El auténtico respeto se demuestra con dinero. Las palmaditas del jefe en la espalda son la forma más barata de contentar a un pardillo y la más rápida de disgustar a un veterano. Y no hablo de deporte. Hablo de la vida.

Así que aquí solo hay un tipo que ha demostrado respeto por Eli. Se llama John Mara y le paga una pasta. No solo se la paga, también le sigue defendiendo con uñas y dientes: “Todavía creemos en él, pero todo el mundo tiene que hacer su trabajo para que tengamos éxito, y eso no está sucediendo ahora. Sé que él es que el que se está llevando todas las críticas, pero muchos jugadores tienen que hacerlo mejor cuando vas 1-5”.

Por si alguien tenía dudas, Mara no tuvo inconveniente en concretar aún más: “preferiría que Odell Beckham jugara un poco más y hablara un poco menos”. Cuidado, que nadie piense que John Mara no respeta al receptor. Al contrario. No hace muchas fechas firmó con él un contrato de 90 millones de dólares en cinco años con 20 al firmar y 65 garantizados. Eso es respeto y lo demás mentira por mucho que este asunto empiece a oler a traspaso que apesta.

Lo que no va a hacer nunca John Mara es decir en público que se equivocó al firmarle la última renovación a Eli. Por mucho que sepa que es verdad. Por mucho que todo el universo de la NFL lo dijera en su momento. Está por llegar la primera vez que un multimillonario confiesa un error en público si no cree que puede sacar algo por hacerlo. Y eso no va a cambiar ahora, y menos en la familia Mara.

El problema, lo que de verdad resulta inexplicable, es que una vez asumido que para bien o para mal tenían que cargar con Eli si querían conseguir al mejor corredor del universo musical los Giants sean el equipo que menos jugadas de carrera ha intentado de toda la NFL. ¡De toda! Eligen a Saquon Barkley con el pick dos global del draft y no le dejan correr. Por el camino, la línea ofensiva es un horror. John Greco como sustituto de Halapio, Patrick Omameh (¿de verdad es mejor que John Jerry?) y Chad Wheeler son un espanto. Ereck Flowers ha sido cortado, el novato Will Hernandez ha sido absorbido por una tormenta perfecta y Nate Solder ha confirmado lo que muchos nos temíamos, en el sistema de New England aguantaba el tipo, pero en una línea en la que debía convertirse en líder parece un señor mayor, lento y sin ninguna consistencia.

Y eso que Dave Gettleman, nuevo General manager, dijo nada más llegar al equipo que empezaría a reconstruir desde la línea ofensiva, que Pat Shurmur, el head coach, jugó de center en Michigan State, así que debería conocer a fondo el asunto, y que Hal Hunter, el entrenador de línea ofensiva, se había tomado el año pasado sabático para aprender más. No parece haberle cundido demasiado.

Viendo la situación de ruina próxima al derribo en que se encuentra esa línea ofensiva, aun entiendo menos que Shurmur siga usando a Barkley como chico para todo en vez de dejarle correr. Asumo que a Shurmur siempre le ha tirado más el pase que la carrera, pero su forma de planificar los partidos parece más enfocada a magnificar los problemas de su equipo que en esconderlos. Con Barkley corriendo más, las defensas dejarían de entrar a por Eli como Pedro por su casa, los Giants no llevarían la friolera de 20 sacks y 40 golpes a su quarterback en seis partidos y, probablemente, Eli tendría más tiempo para lanzar.

¡Cuidado!, aquí no estoy entrando en la capacidad actual de Eli para desarrollar un juego de pase más o menos competente (que personalmente me parece nula), sino en las zancadillas que le está poniendo el staff técnico para que parezca aún más incompetente.

Dave Gettleman y Pat Shurmur se han vuelto locos nada más aterrizar en Nueva York o simplemente están haciendo todo lo posible para que John Mara deje de proteger a Eli Manning, tener carta blanca para librarse de él y, por el camino, sacar una morterada de rondas del draft también por Odell Beckham y rehacer todo el ataque en el próximo draft. Para empezar, las últimas declaraciones de Mara no deberían tranquilizar a Eli, sino más bien aterrorizarle, porque en deporte no hay nada más peligroso que tu jefe dándote palmaditas en público.

Sinceramente, me gustaría que si hay otra explicación, que seguro, algún seguidor de los Giants me la contara. Que cada vez que escucho que Shurmur no usa a Barkley como corredor porque da esta temporada por perdida y no quiere quemarle se me abren las carnes.

Los New York Giants son la franquicia más noble y con sangre más azul de toda la NFL. No puede rebajarse a regalar una temporada completa. AS

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