Rowerth Goncalves
Alejandra Benítez ha conseguido muchos logros dentro del deporte, la caraqueña ha estado en la élite del esgrima mundial e incluso se ha encargado de la política deportiva en Venezuela, al ser ministra del deporte en 2013, pero solo le falta un objetivo: El podio de los Juegos Olímpicos, y en Río 2016, su cuarta participación en este tipo de justas, tiene esperanzas de conseguir ese logro.
“Trabajé para estar en el podio”, comentó la sablista quien ya culminó el ciclo de competencia y ahora solo entrena para participar en la magna cita del deporte. “Tenemos una base de entrenamiento entre Alemania y Rusia hasta el 23 de julio”, aseguró Alejandra Benítez quien tuvo su mejor actuación en competencias olímpicas en Londres 2012, cuando culminó en el decimoquinto puesto.
Alejandra Benítez es la atleta más experimentada de la delegación criolla, y aunque sabe que este podría ser sus últimos juegos no siente ningún tipo de obligación de montarse en el podio. “Me gusta llegar perfil bajo y quitarme esa presión de encima”, comentó Benítez que ha ganado medallas en todas las competiciones de las olimpiadas (Bolivarianos, Suramericanos, Centroamericanos y del Caribe y Panamericanos).
Un posible adiós
“Quizás estos sean mis últimos juegos”, dijo un poco titubeante la esgrimista capitalina que asegura que muchas veces ha pensado en el retiro, pero sigue activa en la pedana. “Cuando fui ministra lo pensé, igual cuando fui diputada, pero aquí sigo. Es difícil después de estar 20 años en la disciplina alejarme, cuando me retire creo que estaré ligada al esgrima, en un cargo federativo o como entrenadora”, dijo Benítez quien además ya tiene su licencia como árbitro de la Federación Internacional de Esgrima.
Más allá de las pedanas
Alejandra Benítez trabaja con su fundación que se encarga no solo de la masificación de la esgrima sino de la captación del talento deportivo. “Es un trabajo duro, mi mamá se encarga de dirigir la fundación, pero siempre voy a las actividades, a mí me gusta el trabajo social sin mucho ajetreo, me gusta ayudar y sé que pongo mi granito de arena para ayudar a los niños a que comiencen a practicar deporte”, aseguró la sablista quien además ayuda a los niños de la fundación con los uniformes y armas (espadas, sables y floretes), y hace clínicas de esgrima en colegios capitalinos. “La idea es que vean que este es un deporte que está al alcance de todos”, cerró Benítez.