Jorge Lorenzo se muerde la lengua a la hora de hablar de Ducati por tener aún vigente hasta final de año su contrato con Yamaha, pero reconoce estar "contento y feliz" y a su vez tener "mucho que hacer" para dar el segundo título mundial a los italianos en la categoría reina.
"Ya me gustaría deciros algo, pero desafortunadamente todavía no puedo decir nada. Lo único que os puedo avanzar es que estoy contento, estoy feliz, pero hay mucho que hacer, mucho que trabajar", afirmó este viernes en un acto con Zopo Mobile en la Fnac de Callao, en Madrid.
Aún hubo un segundo intento por saber qué se encontró el balear en su toma de contacto con la Ducati en los test de Cheste (Valencia) esta semana, pero no hubo manera. Tras casi una década en Yamaha, Lorenzo piensa que el fabricante japonés le dejó probar su nueva montura casi por los "antecedentes" de otros pilotos.
"Lo importante es que la he probado, he tenido dos días de prueba muy importantes para sacar conclusiones de lo que he notado en la moto. Quizá ha sido más por antecedentes porque los pilotos que cambiaron siempre han tenido la oportunidad de probar en Cheste y quizá eso también ha ayudado que al menos tuviera esos dos días", afirmó.
El tres veces campeón de MotoGP sí valoró el resto de cambios en el Mundial, destacando la sorpresa de Maverick Viñales con la Yamaha. "La verdad es que todos sabemos que Viñales es un gran piloto pero la verdad es que terminar primero y primero los dos días ha sorprendido yo creo que a todos. La gran adaptación a la Yamaha, que es una moto muy completa como se demostró este año, sobre todo en Valencia", indicó.
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