Redacción Meridiano
El estadio Giuseppe Meazza, ubicado en el barrio San Siro, es el hogar que comparten los dos grandes clubes milaneses, Milan e Inter. Este sábado se vestirá de gala para albergar la gran final de la Liga de Campeones entre Real Madrid y Atlético Madrid.
El feudo de Milán es uno de los estadios más antiguos de Europa, pues fue inaugurado en 1926, aunque evidentemente, ha sufrido múltiples reformas y ampliaciones hasta alcanzar su capacidad actual, para 81.000 espectadores.
El nombre de Giuseppe Meazza es en honor a un mítico futbolista milanés de los años 30 que vistió las camisetas de Milan e Inter y que ganó dos Mundiales con la selección italiana (1934 y 1938).
Se da la curiosidad de que Giuseppe Meazza fue jugador del cuadro neroazurri durante la mayor parte de su carrera y solo militó en el Milan un par de temporadas. Por esa razón, los aficionados del Inter suelen utilizar la denominación de Giusseppe Meazza para referirse a su estadio en mayor medida que los seguidores del Milan, quienes se refieren al coloso milanista como estadio San Siro.
El Real Madrid ha visitado 14 veces el Giusseppe Meazza en competiciones oficiales y nunca ha sido capaz de llevarse una victoria en los enfrentamientos contra el Milan o Inter (solo ganó en partidos amistosos).
La primera visita del Real Madrid fue en 1956, en la vuelta de semifinales de la Copa de Europa, un partido que ganó el Milan por 2-1, aunque el equipo blanco logró el pase a la final gracias al 4-2 logrado en el partido de ida.
La derrota más abultada la sufrió en 1989 en la vuelta de semifinales de la Copa de Europa tras empatar 1-1 en el Santiago Bernabéu. En los merengues figuraban nombres como el de Emilio Butragueño y Hugo Sánchez, pero encajó una dolorosa goleada (5-0) ante el Milan de Arrigo Sacchi, que contaba con futbolistas de gran calibre como Marco Van Basten, Ruud Gullit, Frank Rijkaard, Carlo Ancelotti, Roberto Donadoni y Paolo Maldini.
Sus finales
El estadio Giuseppe Meazza se prestará por cuarta vez como estadio para decidir una final de la Champions, antes llamada Copa de Europa. La última vez fue en 2001, cuando se enfrentaron Bayern Múnich y Valencia.
El encuentro finalizó en empate con resultado de 1-1 tras el tiempo reglamentario y la prórroga, por lo que se llegó a la tanda de penaltis. Los bávaros se impusieron por 4-5, y lograron así su cuarto título de la competición.