Alfredo Coronis
Hay situaciones que empiezan a salir a flote tras la eliminación de Venezuela. Ese buen partido contra Colombia y la velocidad con la que se desenvuelve el torneo, hicieron olvidar aspectos que marcaron la preparación criolla.
Venezuela tuvo su partido de despedida ante el público criollo en febrero (Barinas) y sin legionarios. Tenía previsto uno para el 23 de mayo en Cachamay y no se realizó.
Antes de la Copa América tenía otro el 31 de mayo en Mendoza ante Bolivia. En esos días, cayó detenido el presidente de la FVF, Rafael Esquivel, en Suiza. El careo no se disputó. Venezuela fue la única selección del torneo, junto a Jamaica, que no disputó amistosos la semana anterior al evento. Además, hubo temor de pagos de viáticos, premios, desplazamientos. Aunque se entrenó y jugó sin pensar en esos temas (y que casi todo estuvo pagado antes de la detención de Esquivel), de igual manera pudo preocupar. Al quedar eliminados, apareció un nuevo problema: el retorno.
Varios legionarios emprendieron retornos individualmente. Pero la tropa local no tenía claro el regreso. Se dijo en principio que sería este lunes en la noche. Luego que el miércoles y finalmente, en una solución pragmática, un avión del Estado debía buscarlos en Chile en la tarde de lunes. Se pudo conocer que hubo retrasos en esa especie de chárter y llegarán el martes en la mañana.
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