Redacción Meridiano
Un 1 de mayo de 1971, Venezuela quedó estremecida por el triunfo del caballo norteamericano Cañonero II, que corría en Venezuela para el propietario Pedro Baptista.
Cañonero II, nacido el 24 de abril de 1968 y descendiente de Pretendre en Dixieland II, fue comprado por el criador Luis Nava para que corriera en La Rinconada. Para entonces podían correr con regularidad caballos criollos con importados, medida que cambió en 1975.
Nava consiguió un comprador en Baptista, quien se lo entregó al entrenador Juan Arias y ganó como dosañero en 1970 pero como tresañero no tuvo una actuación brillante.
Afortunadamente, el caballo tenía reservaciones para intervenir en la Triple Corona de Estados Unidos y con esa posibilidad se corrió la aventura.
El narrador hípico Aly Khan, siempre cuenta con humor lo que le dijo a Baptista cuando supo sus intenciones de llevarse a Cañonero hacia la triple corona:
De ilusiones también se vive.
Llegada a Churchill Downs
El portal Anécdotas Hípicas cuenta cómo llegó el caballo en precarias condiciones al hipódromo escenario del primer tramo de la triple corona. Con poco peso y descuidado, fue totalmente desestimado. No obstante cuando se estableció mejoró muy rápidamente, lo suficiente para causar una de las grandes sorpresas en la historia de la “Carrera de las Rosas”.
Aquí está la carrera, en una versión colorizada.
Como era 1 de mayo y lo más rápido en telecomunicaciones era la televisión vía satélite, apenas se supo de la hazaña de Ávila y Arias al día siguiente a través de la prensa escrita, al día siguiente. Se dice que Baptista, quien no estuvo en la carrera, recibió llamadas telefónicas sobre el triunfo del ejemplar y pensó que eran bromas. Pero al rato ratificó la grata realidad.
Cañonero se convirtió en un ídolo en Venezuela. Por primera (y hasta ahora única vez) un jinete y un preparador venezolano han ganado el Kentucky Derby, primer tramo de la triple corona de Estados Unidos.
Luego ganó el segundo (Preakness Stakes) y no pudo en el Beltmont Stakes. Pero eso fue otra historia.
Pero para el recuerdo quedó esta gran historia.