Samuel Aldrey /@SamuelAldrey
El salvador está con el agua al cuello. El maestro que referencian Jürgen Klopp (Liverpool) y Thomas Tuchel (Chelsea) le ha costado inculcar sus ideas a sus futbolístas. Algo que incide negativamente en el espectáculo que se espera en uno de los templos del fútbol europeo: Old Trafford.
Ralf Rangnick (Alemania, 63 años), un técnico irreverente que fue en contra de la metodología de su tiempo consiguió ascensos inviables y colocar de la nada a dos clubes de reciente fundación como Leipzig y Salzburgo en la competición más prestigiosa, la Champions League.
Justamente, la competición donde esta semana intentará aferrarse a un salvavidas contra el Atlético de Madrid para evitar naufragar definitivamente tras los diferentes debacles que ha tenido en la Premier League.
Porque para Ralf este primer contacto con el fútbol en Inglaterra está siendo cuesta arriba. Los ejemplo de Klopp y Tuchel no son la norma, pues en la historia de la Premier a los alemanes les ha costado afianzarse.
Eso sí, Rangnick ha mejorado a su antecesor, Gunnar Solskjaer, menos derrotas, más empates, pero sigue sin hacer brotar la semilla de su fútbol voraz y vertical. Es decir, no se ve un equipo de autor.
"El estilo debe ser altamente reconocible", había dicho al periódico The Guardian, pero esa máxima no se ha cumplido. El Manchester se define en un solo jugador para bien y para mal: Cristiano Ronaldo, cuyos goles mantienen a flote este barco a la deriva.
El futuro de Ralf en el banquillo está claro: no continuará y su rol será el mismo que en el Leipzig y Salzburgo. Es decir, el alemán deberá recluirse a labores de gestión y buscar su propio reemplazo en el banquillo.
Los nombres que se manejan desde los diarios ingleses son dos: Mauricio Pochettino (PSG) y Erik ten Hag (Ajax) suenan con fuerza para ocupar el banquillo. Eso será decisión del alemán cuando ocupe su lugar como director deportivo hasta 2024, porque en la cancha el profesor de Klopp y Tuchel se queda sin un discurso convincente para sus jugadores.