El intento del Manchester United por mejorar el desempeño de su plantel ha resultado costoso. La deuda del club aumentó más de 55% en un año, a 384,5 millones de libras (498 millones de dólares).
Los fichajes de Harry Maguire, Aaron Wan-Bissaka y Daniel James antes de la nueva temporada, en el primer trimestre del año financiero implicaron un costo cercano a los 140 millones de libras.
Aunque el United reportó ingresos sin precedentes por 627,1 millones de libras la temporada pasada, la organización, que cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York, espera ahora que la cifra para 2019-20 caiga a entre 560 y 580 millones.
Ello obedece a que el United quedó fuera de la Liga de Campeones, con sus jugosos premios e ingresos por televisión, al finalizar en el sexto sitio de la Liga Premier la campaña anterior. El United podría perderse de nuevo el principal torneo europeo, pues se ubica actualmente en el séptimo sitio, nueve puntos detrás del Manchester City, que es cuarto, tras 12 de 38 fechas.
“Nuestra meta última es ganar trofeos, jugar un fútbol americano ofensivo, rápido y fluido, con un equipo que utilice a jugadores surgidos de nuestra academia, junto con adquisiciones de clase mundial”, dijo el vicepresidente ejecutivo del United, Ed Woodward. “Sabemos que esto no se logrará de la noche a la mañana, pero hemos hecho inversiones en el club, y creemos que nos colocarán en el camino correcto”. AP