Manuel Vargas | @MA_Vargas7
Sin respuestas, en un mar de dudas y noqueada. Así se presentó, se desarrolló y terminó Argentina en el duelo que perdió ante Croacia por 0-3; porque en 90 minutos lo único bueno que hubo en el campo fue la selección de cuadros, el resto fue la inopia absoluta, la nada.
La presión era total para un equipo al que se le espera como un gigante, pero desde hace tiempo es más pequeño que un ratón. Los de Sampaoli acudieron a Rusia improvisando más que adolescentes en una exposición sin preparar de bachillerato. La única ventaja era que el mejor de la clase estaba en el grupo, lo malo es que para esta exposición decidió ausentarse.
Entre el pobre planteamiento de juego de Argentina - en el que Mascherano tenga que armar las jugadas ya dice mucho - y la desaparición de Messi, se coló el buen trabajo de los croatas. Con una presión asfixiante y un gran sentido al tocar, los balcánicos pusieron las cosas color de hormiga para una albiceleste que lo más transcendental que hizo en el primer tiempo fue presentarse en el césped, solo un falló a puerta vacía de Enzo Pérez recordó que allí estaban y vaya forma de hacerlo.
Croacia aireó las carencias de una Argentina sin ideas y que dependían de una inspiración divina que nunca llegó, o si lo hizo, pero no para su benefició. En la segunda mitad, en una jugada cualquiera, con un balón atrás al portero, Caballero intentó hacer un pase elevado por encima de Rebic, no obstante fue muy suave y el croata agradeció el gesto con una volea sublime para hacer la primera herida.
El error del portero argentino caló en el alma a todo el equipo, que además de no tener ideas empezó a tener otra cosa: desconfianza. Sampaoli volvió mostrar que su juego de “adivina quien juega” todavía tiene varias partidas más. Dybala fue el único cambio que puso algo de luz, pero una luz tenue es muy difícil que brille en la oscuridad.
Ya sin marcha atrás la albiceleste se lanzó en busca de un resultado que les permitiera seguir soñando y lo que encontraron fue uno que acrecentó la pesadilla. Volcados a un ataque sin estructura, Croacia encontró espacios y pegó dos veces más para propiciar el sangrado letal. Primero Modric, con excelso disparo lejano, y luego Rakitic, con un pase sencillo a la red, dejaron tirado a una escuadra que desde hace tiempo no se levanta.
Argentina cayó derrotada con un contundente 0-3 ante Croacia, un resultado que los deja muy tocados de cara la clasificación a octavos de final, una que ya no dependen de ellos mismos. Tres fueron los clavos que terminaron de armar un ataúd que pronto puede ocupar Messi y compañía, o al menos será así si encuentran el cuerpo del “10”, porque aún ahora lo siguen buscando.