Manuel Vargas | @MA_Vargas7
Cristiano Ronaldo llegó a Rusia como un tiro. Con un idilio con el gol que lo favoreció en el último semestre con el Real Madrid y que ahora le da réditos con Portugal. Pese a un parco juego de sus compañeros él solito se bastó para vencer a Marruecos con un cabezazo (1-0) y dar un paso gigante así a los octavos de final en Rusia 2018.
El portugués definitivamente es capaz de sobreponerse ante todo, porque si en el primer partido dudaban y con un hat-trick se alzó por encima de España, contra Marruecos pudo tumbar tanto a sus rivales como al mal juego de su equipo.
Portugal rápidamente puso a soñar a sus seguidores, porque en apenas cuatro minutos se había adelantado en el marcador con un cabezazo de jerarquía de CR7. Todo pintaba para una goleada, no obstante fue uno de los espejismos más grandes que se recuerden. Salvo Cristiano, los lusos desaparecieron del campo y los marroquíes se lanzaron con todo en busca de goles que les permitieran seguir con vida.
La dureza de Benatia amedrentó a Guedes, del que todavía se esperan señales de vida; en el medio Belhanda y en las bandas Amrabat y Ziyach convirtieron en una autopista el campo de Portugal en el que William Carvalho no podía solo parar sus arremetidas. Las oportunidades se daban una tras otras, pero nunca pudieron concretarlas y si llegaban a pasar, un gran Rui Patricio o la suerte jugaban a favor de una Portugal a la que la victoria le cayó como un regalo mayúsculo.
Cristiano llegó a cuatro goles, se subió a la cima de la tabla de goleadores y echó a Marruecos del Mundial. El crack del Madrid es la gran figura en Rusia y si Portugal tiene pie y medio en octavos es por él; pero si de verdad quieren seguir con vida mucho deben mejorar sus compañeros porque es seguro que más adelante no todos fallarán como Marruecos.