La nueva Serie A alza este sábado el telón con el Inter de Milán del uruguayo Diego Godín y del belga Romelu Lukaku y el Nápoles del mexicano Hirving Lozano y del griego Kostas Manolas decididos a asaltar el trono de un Juventus que busca su novena corona consecutiva, la segunda para Cristiano, con un nuevo comandante en el banquillo, Maurizio Sarri.
Será el vigente campeón, reforzado con el holandés Matthijs De Ligt, el francés Adrien Rabiot o el galés Aaron Ramsey, el encargado de abrir el curso con una visita al campo del Parma, en un año en el que la directiva apostó por un radical cambio de filosofía al separarse de Massimiliano Allegri para encomendarse al fútbol ofensivo de Sarri.
El nuevo técnico, que se está recuperando de una neumonía y que no podrá sentarse en el banquillo en las dos primeras jornadas, dirige a una plantilla todopoderosa, que cuenta todavía con los argentinos Paulo Dybala y Gonzalo Higuaín, pese a que ambos figuraran en la lista de las posibles salidas del club al comienzo del mercado.
Debe marcar territorio desde el comienzo el Juventus en una temporada en la que el Inter y el Nápoles fueron protagonistas de inversiones récord en el intento de interrumpir el dominio del equipo turinés, que dura desde 2011.
Para hacerlo, el Inter apostó precisamente por el hombre que abrió el ciclo ganador del Juventus, el técnico Antonio Conte, y gastó más de 150 millones de euros para fichar a Lukaku, Godín, Niccoló Barella, Stefano Sensi o el austríaco Valentino Lazaro.
El cuadro milanés empezará su carrera por el título en San Siro contra el recién ascendido Lecce, en un partido en el que más de 65.000 persones esperan ver en acción a una defensa granítica, con Godín, el eslovaco Milan Skriniar y el holandés Stefan De Vrij, y el nuevo número 9, Lukaku.
El otro gran pretendiente al Scudetto es el Nápoles del técnico Carlo Ancelotti, que blindó su zaga con Manolas y que agregó este mismo viernes chispa en las bandas con Lozano, del PSV, fichaje más caro de su historia al costar 42 millones de euros.
Los napolitanos visitarán el campo del Fiorentina, que con su nueva propiedad americana sueña con recuperar su gloria pasada. Los toscanos lograron retener, de momento, a su símbolo Federico Chiesa y agregaron esta semana al veterano Frank Ribery, de 36 años, que llegó gratis tras acabar su contrato con el Bayern Múnich.
Más lejos del nivel de Juventus, Nápoles e Inter están el Roma, que apostó por el portugués Paulo Fonseca en el banquillo y que perdió al mencionado Manolas, el Milan del técnico Marco Giampaolo, que se reforzó con el exmadridista Theo Hernández, o el Lazio, que reforzó su carril con el español Jony Castro. ll EFE