Si hoy en el fútbol mundial hay alguien digno de ser imitado por su profesionalismo fuera del campo, donde las cámaras de televisión no logran llegar, ese es Cristiano Ronaldo.
A sus 33 años, la estrella portuguesa tiene un físico privilegiado en el trabaja casi tanto como en ajustar su talento. Así lo ha dejado en claro Giovanni Mauri.
El expreparador físico de CR7, que también tuvo a cargo a leyendas como Paolo Maldini, se rindió ante el trabajo del hoy delantero de la Juventus: "Él es un campeón en la cabeza y, por consiguiente, en el cuerpo. Está atento a todas las señales que su cuerpo le envía: logra decodificarlas siempre muy bien, es un atleta que se conoce a sí mismo perfectamente".
Mauri no lo duda: Cristiano debería dar escuela sobre sus prácticas. "Para mejorar el fútbol, deberíamos llevar a los jóvenes a ver sus entrenamientos: lo hace todo con una sonrisa y no de mala gana, como le sucede a ciertos niños, incluso en categorías inferiores", le contó en una entrevista a Tuttosport.
Además, destacó un detalle que muy pocos conocían y hace aún más grande su figura: "Hablamos de un campeón que cuando regresamos a las dos de la mañana tras los viajes de la Liga de Campeones no se escabulle a casa con el coche. No, pasa al menos una hora en el centro deportivo para hacer ejercicios de recuperación y crioterapia". EFE