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La Vinotinto

La Vinotinto tiene mucha tarea por hacer

Por Meridiano

Sabado, 08 de septiembre de 2018 a las 10:37 am

Manuel Vargas Vilera | @MA_Vargas7

Venezuela tiene la vista puesta en Qatar 2022 y con ese panorama inició, en esta fecha FIFA, su andar para alcanzar esa meta. Colombia fue la primera de las muchas rocas que aparecerán en el camino del combinado nacional, pero pasarla (o tropezarse, como se quiera ver) deja algunas enseñanzas.

Si bien era un compromiso amistoso, la esperanza está puesta en este grupo y desde ya se pueden sacar muchas conclusiones, algunas no muy positivas y otras si, de lo que quedó para la Vinotinto  tras el pitazo final.   

El gol se esconde de los delanteros

Los delanteros viven del gol y esa es la premisa de la que debe partir cualquier análisis, después de eso se puede ver otras cualidades; no obstante en lo que se refiere a anotar, en la selección, las cuentas no cuadran.

En el conjunto venezolano el gol de los delanteros se encuentra en paradero desconocido. Pese a que el trabajo de Salomón Rondón de espaldas al arco rival es muy plausible, ante los colombianos su cara goleadora no se dejó ver. En las ocasiones que tuvo se mostró errático y lento, y en el juego ofensivo no contribuyó mucho, estos hechos muestran que en la faceta más importante del delantero está quedando a deber.

Josef Martínez es un caso distinto. El atacante del Atlanta United fue una isla que volvió a aparecer en el mapa cuando Dudamel lo remplazó del terreno de juego. En el conjunto rojinegro el juego se centra en alimentarlo a él, con la selección no había mediocampo que le diera balones por lo que se le vio muy poco ante los cafeteros. Compaginarse con Rondón también le costó, por lo menos en este partido porque en otros partidos se han visto bien juntos, pero deben conseguir que esa empatía sea más regular.   

Sin control ni contundencia en el medio

Una de las razones por las que Josef apareció poco fue porque desde el mediocampo no se creaba juego. La idea de crear acciones por las bandas ha funcionado en los últimos tiempos, sin embargo por el centro no se generó ninguna ocasión meritoria y eso es por la falta de piezas que allí había y también por la falta de variantes que se produjeron con el partido ya en la segunda mitad.

No solo fue que faltaba ese hombre que creara juego por el centro, también faltaba la contundencia de antaño. Tomás Rincón cortó muchos balones, pero solo no podía y Junior Moreno colaboró muy poco tanto en el quite como en el pase. Tal vez con un centrocampista más de corte se podría haber apostado por un juego más ofensivo, pero con Rincón haciendo ambas tareas fue muy difícil.

Tenemos que hablar del lateral izquierdo…

Como en la película donde los padres temen hablarse de las fechorías de su hijo, por la incomodad que generan esos temas, pues en la selección no se quiere hablar del incomodo tema que hay en lateral izquierdo.

Aunque hay varios hombres especialistas en la posición, Rolf Feltscher sigue siendo el referente en los últimos tiempos, compaginándose con Rubert Quijada. Pese a que el nacido en Suiza es derecho y que no venía jugando en su club por lesión, la apuesta con él sigue firme. El defensor se las ha apañado bien en algunos encuentros, pero ante Colombia dejó patente las carencias que le faltan por no ser lateral izquierdo. Su banda fue una autopista y tanto Quintero como Cuadrado hicieron fiesta por ella.

Existen laterales izquierdos para la selección, la cuestión es sentarse y hablar de una posición que necesita un referente natural.

Un banquillo paralizado

Con la alineación con la que salió Venezuela se buscaba jugar por las bandas, explotando la velocidad de Darwin Machis y Sergio Córdova, pese a que de entrada dio resultado (el gol fue al minuto 4) luego quedo evidenciado la falta de control que tenía la escuadra nacional.

Dudamel trazó un buen plan, pero luego le costó modificarlo. Ya con el juego en marcha se vio que el costado izquierdo era un pasillo para Colombia; en el medio no se creaba juego y tampoco se ayudaba a defender; el centro de la zaga se mostró lenta; y arriba tampoco se generó algo que le diera un vuelco al ataque. Viendo todas esas fallas algunos cambios no fueron los adecuados y los ingresos de Rómulo Otero y Luis Mago se dieron muy tarde.

La falta de movimiento desde el banco quedo en evidencia, más cuando era obvio que el partido necesitaba esos cambios. El estratega criollo sabe mejor que nadie como analizar el partido, pero deberá afinar algunos detalles para poder hacer los cambios en el momento y por la persona que esté pidiendo el partido.  

Faríñez, Alexander González y Machis dan esperanza

No todo fueron malas noticias, porque si hubo tres que dieron la cara por la Vinotinto esos fueron Wuilker Faríñez, Alexander González y Darwin Machis.

El guardameta pasó de ser un seguro de vida a la Gran Muralla china. Sus intervenciones son prodigiosas y si Venezuela no perdió por más goles fue por él. Sus reflejos, su temple y su experiencia, a pesar de su juventud, volvieron a quedar demostradas una vez más y lo certifican como un portero de élite y el titular de la selección.

González fue otro de los destacados. El lateral se mostró muy activo por su banda y no solo en ataque, porque gracias a una asistencia suya se produjo el gol de Venezuela, también lo hizo en defensa salvando a los criollos en muchas ocasiones que los centrales, por su lentitud y mal posicionamiento, no llegaban.  

Pero sin duda lo mejor en la cancha lo realizó Machis, porque aunque es delantero centro se mueve bien por la banda. Además de anotar, Machis aprovechó cada balón al hueco que le enviaban, fue un puñal por su banda y hasta se atrevió a chutar desde larga distancia. Si bien Jhon Murillo parte con ventaja para ser titular, la actuación del tucupiteño le ofrece una variante más al técnico de la selección y una muy buena.

El próximo compromiso será ante Panamá, pero del duelo con los cafeteros se pueden aprender muchas cosas para que en el futuro los aciertos sean más que los errores y las pierdas que saldrán en el camino a Qatar sean saltadas en lugar de tropezarse con ellas.

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