Si alguien creyó en la remontada zuliana ante Yaracuyanos FC por los octavos de final de Copa Venezuela fue Jefferson Savarino. El “10” rompió el celofán del encuentro con un gol de pura convicción. Corrió por la pelota de su vida en busca de un rebote corto, producto de un remate propio desde el corazón del área, y terminó levantando los brazos hacia el cielo en agradecimiento, un ritual de celebración que cada vez se hace más recurrente en el balompié criollo.
La meteórica trayectoria del orgullo del barrio Sudamérica en San Francisco va derribando cotas cada vez más altas. Con el paso de los semestres, el “Chiki” no solo va siendo más maduro, sino que también va siendo más goleador. El doblete firmado ante los de San Felipe, se convirtió en el primero de su joven carrera. Con este par de anotaciones, dejó atrás la que había sido su mejor marca goleadora desde su debut en 2013, la de siete goles en el Torneo Adecuación 2015./Con información de Zulia FC