Alfredo Coronis A. || @AlfredoCoronis
Se le ve que toma un cuarto de segundo antes de ejecutar cada acción. Y es más preciso que nunca. Franklin Lucena es preciso, es expedito. Ha sido uno de los pilares de Deportivo La Guaira en esta Copa Sudamericana, en la que no está permitido equivocarse, en la que son partidos de ida y vuelta y cualquier gazapo corresponderá a una eliminación.
Franklin Lucena , es otro. Lo dice él mismo. Si de por sí era un jugador con muchas garantías, ahora es un tipo infranqueable.
Sus números defensivos son buenos. Franklin Lucena es el quinto jugador con más balones recuperados (23) en todo el universo de esta edición de la Sudamericana.
Además, redondea un 77% de pases correctos (76 contra 23 errados, 99 en total) y apenas ha cometido dos faltas.
Ha colaborado también con el ataque. Intentó tres goles, de los cuales un disparo se fue por encima del arco, otro bajo los tres palos y el tercero fue la diana que mantiene viva la llave entre La Guaira y San Lorenzo, que va 2-1 y que el cuadro naranja pretende resolver el jueves en Cabudare.
“Fui convencido de que iba a hacer gol”, dijo en los pasillos del Nuevo Gasómetro, luego de vulnerar la valla cuerva. “Dos cabezazos, vi que capaz el viento detuvo la trayectoria del balón, frente uno y en el otro calculé mejor y entró”.
Eso, cálculos. Es la palabra correcta para su actualidad. Roba muchos balones y apenas tiene dos faltas. Despeja balones y se van lejos. Pasa la pelota y llega al pie del compañero.
Es un fragmento de segundo que da la experiencia y que permite tomar la mejor decisión. “Ya no soy un “atorado”. Ya me tomo mi tiempo. Voy con determinación siempre, pero en el momento adecuado”, suelta. “Me equivoco menos. Eso te lo da la experiencia, te da precisión”, agrega.
Franklin Lucena estuvo dos semestres en Once Caldas de Colombia y fue central regular: 39 juegos como titular y un par de dianas.
“El ritmo de Colombia, como se juega, te enseña muchas cosas. Fue un gran aprendizaje lo vivido allá. Cómo ir al choque, cómo manejar el juego desde atrás”, resumió sobre su primera partida al extranjero, ocurrida el año pasado.
Buenos compañeros
Hoy cuenta 36 años de edad y le ha tocado guiar a Luis Morgillo, su pareja en el centro de la zaga. El joven líbero es el sexto ladrón de balones, después de su mentor, con 21 recuperaciones.
“Esto que vivimos en La Guaira no es obra de individualidades. Desde Fredys Arrieta (punta) todos defienden. Con Morgillo, particularmente, nos entendemos bien, es un muchacho con mucho futuro”, comenta.
Cerrojo
Aunque es central en esta etapa profesional, suele cerrar los partidos como volante de primera línea (posición en la que brilló en el premundial pasado, al lado de Tomás Rincón) y es una jugada que incluye el ingreso de Jhon Chancellor como central y “Paky” va delante de los centrales. O bien como lateral derecho, posición en la que destacó en el Caracas entre los años 2007 y 2009.
“Me adapto a esto. Capaz no me da todo el partido para ser volante de primera línea, pero podemos cerrar un partido así. Me pongo delante de los defensas y colaboro con los recuperadores, entre ellos (Vicente) Suanno”, comenta.
Trabaja para volver a la órbita de la selección: “sería una maravilla, pero por ahora, estoy agradecido de formar parte de una bonita historia como la de La Guaira”.