Redacción Meridiano
El Clásico pautado en el Camp Nou, que se disputará el próximo 26 de octubre, está en peligro. No porque no se juegue, sino que se tendrá que cambiar de lugar. LaLiga planteó que, debido a la difícil situación que se vive actualmente en Cataluña, el orden de los duelos se invierta y el primer partido entre Barcelona y Real Madrid se realice en el Santiago Bernabéu.
Para no comprometer la seguridad de jugadores y aficionados, debido a una manifestación que se hará justo el día del partido como protesta debido a las sentencias a los independentistas, LaLiga le pedirá a ambos conjuntos cambiar el lugar del encuentro, por lo que el segundo Clásico (1 de marzo) sería el que se disputará en el coliseo catalán.
Los últimos días se han visto muchas protestas debido a la decisión del Tribunal Supremo sobre el proceso independentista y por la gran importancia del partido entre los dos grandes de España, hay mucho temor de que los disturbios se centren en ese duelo.
La decisión final a la propuesta de LaLiga estará en manos del Comité de Competición, que decidirá en los próximos días, pero la oferta se hará y los dos equipos tendrán que ponerse de acuerdo para que el partido pueda llevarse a cabo lo más normal posible.