Luis Suárez | @SirLuchoSuarez
El nombre de Diego Pablo Simeone, mejor conocido como el “Cholo”, es sinónimo de garra, pasión, lucha, y trabajo duro.
Es uno de los pocos hombres vinculados al fútbol que ha trasladado su carácter mostrado en la cancha al banquillo. El sello del argentino vive en el estilo de juego de su actual equipo, el Atlético de Madrid, donde hoy, 27 de julio, se cumplen 23 años desde su llegada, fecha que celebran los fanáticos del club puesto que los ha llevado de vuelta a la palestra mundial del deporte rey.
El aguerrido mediocentro albiceleste llegó a la capital española como jugador en 1994, su primer período con la institución, donde pudo consagrarse con una Liga doméstica y una Copa del Rey. En 1997, hizo sus maletas y partió para Italia para vestir las camisetas del Ínter de Milán y la Lazio romana.
Tras consagrarse en el país de la bota, el “Cholo” volvió a la oncena de sus amores nuevamente.
Su segunda oportunidad en el cuadro colchonero llegó en 2003, para luego despedirse en 2005 y marcharse hacia Argentina para ponerle fin a su exitosa carrera como futbolista.
Su promesa se cumplió en 2011, Simeone regresaría a casa para hacer historia, pero esta vez como entrenador. Ya en las orillas del Manzanares, su efecto no se hizo esperar: En 2012, el estratega llevaría al equipo a la cima del fútbol europeo tras ganar la Europa League al Athletic Club de Bilbao en Bucarest. Luego de dicha hazaña, conquistaría la Supercopa de Europa frente al Chelsea en un partido recordado por la exhibición del ariete colombiano Radamel Falcao.
Era el principio de una época dorada que no ha dado señales de terminarse.
En la campaña siguiente, el hambre de títulos de un cuadro incansable los llevaría a levantar la Copa del Rey, pero en 2014 se adueñarían de todos los focos con su titulación como monarcas de España al quitarle La Liga a los todopoderosos Real Madrid y Barcelona. Meses más tarde confirmarían su poderío al consagrarse con la Supercopa del país ibérico.
La hinchada rojiblanca ya pedía a gritos que el cuadro de Simeone persiguiera un trofeo que les había sido esquivo, la UEFA Champions League.
En el mismo año, con una plantilla consolidada, con el campeonato doméstico bajo el brazo, y enfocada en el máximo certamen de clubes en el planeta, desafiaron contra todo pronóstico a su rival de ciudad en una final europea que quedó para la historia.
Después de estar arriba en el score 0-1 los 90 minutos, un cabezazo épico del zaguero merengue Sergio Ramos en el tiempo agregado, evitaría que los atléticos saborearan las mieles del triunfo. Ya exhaustos, no pudieron combatir el poder y las ganas de un conjunto blanco que devoró los sueños colchoneros.
La revancha llegaría en 2016, esta vez en San Siro, Milán, por segunda ocasión se repetiría el derby madrileño en un desenlace europeo. El de Camas fue nuevamente verdugo de la defensa blanquiroja, pero Carrasco los haría recuperar el aliento en la segunda mitad del cotejo.
El templo italiano fue testigo de un desgaste brutal por parte de dos equipos que lucharon hasta el final, pero la gloria sería decidida desde los fatídicos once pasos.
La historia se volvería a repetir. Un fallo del defensor Juanfran Torres dilapidó las esperanzas de su equipo, puesto que posterior a su error, llegaría un implacable Cristiano Ronaldo para decir “Aquí estoy yo” y darle la undécima Copa de Europa al Real Madrid.
Entre dudas e incertidumbre, Simeone decidió seguir construyendo la historia de un club que a lo largo de los años, bajo su tutela, demostró tener suficientes ganas de mantenerse en la élite del fútbol.
Como dicen los sabios… ¿Quién sabe?, la tercera oportunidad podría ser la vencida para un entrenador que día a día ha demostrado estar hecho para cosas grandes.