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Fútbol Español

Luka Modric: El antídoto a la maldición del 10 del Real Madrid

Por Meridiano

Sabado, 22 de julio de 2017 a las 06:43 am

Manuel Vargas | @MA_Vargas7

En el mundo del fútbol, el número 10 siempre ha sido observado como algo místico, debido a que los que lo han portado se caracterizan siempre por dejar toda su clase y calidad aportando al juego esa magia que otros no pueden. Grandes 10 de la historia así lo demuestran, como Maradona o Pele, que han maravillado al mundo portando ese número agrandando su fama y poniendo un peso especial a los que lo portan.

Dentro del Real Madrid, como en casi cualquier equipo, no ha sido una excepción que ese dorsal tenga una carga de responsabilidad especial. Cuando se implantó la normativa, en 1995, de que los jugadores tuvieran un número fijo durante toda la temporada, en la Casa Blanca los que lo han llevado lo han hecho con orgullo; sin embargo desde que lo abandonara Luis Figo al número parece haberle cogido una maldición que ninguno ha logrado esquivar y que ahora Luka Modric tratará de evitar.

Figo fue un portador de lujo

Primero fue Michael Laudrup, un danés fuera de serie que tenía una calidad indescriptible y un encanto para jugar y hacer jugar a otros, quien lució el número cuando se aplicó la regla del número fijo; y después fue Clarence Seedorf, que era un jugador de más entrega pero que utilizó el 10 con orgullo y pundonor, justo antes de que en la nueva era lo usara el portugués.

Luego de que Florentino Pérez se lo birlara al Barcelona, Figo fue el encargado de llevar el místico número y el futbolista luso respondió con creces. Tras un comienzo lento, lo que siguió después fue un sinfín de detalles técnicos, jugadas para el recuerdo, asistencias claves y goles importantes que lo metieron de lleno en la historia del Real Madrid con siete títulos bajo el brazo.

Cuando Figo salió del club en 2005 con destino al Inter de Milan, lo que siguió fue un desfile de jugadores que usaron el 10 sin terminar de sacarle el brillo que el número merece.

Robinho se quedó en nada

El brasileño llegó con altas expectativas el conjunto merengue, de hecho era catalogado por muchos expertos como “El Nuevo Pele”, pero nada más alejado de la realidad. Robinho heredó la 10 del portugués y después de brillar en los primeros partidos su magia se fue diluyendo.

Como muchos brasileños se fue hablando más de lo que hacía fuera que dentro del campo; no obstante todavía aportaba detalles en el terreno de juego, pero conflictos internos e intereses por un aumento de suelo que nunca llegó, hicieron que se diera una salida sorpresiva y por la puerta de atrás del jugador hacía el Manchester City en 2008. Un gran talento que se perdió él solo, dejando al 10 sin un portador digno.

Sneijder: mejor con la 23 que con el 10

Wesley Sneijder llegó al Madrid para convertirse en una pieza clave y en su primera campaña así fue. Con el 23 en su espalda fungió como un buen gestor en la zona de creación de la escuadra blanca, tanto que se hizo un fijo en el 11 del equipo cuando varios esperaban que no hiciera mucho ruido. Las cosas cambiaron en su segunda campaña, porque allí si se le esperaba pero apareció de a ratos.

La salida de Robinho le dejó la responsabilidad de llevar el 10 y con él no pudo brillar como en ese primer año. No fue el mismo jefe del centro del campo del Madrid y el equipo no pudo alzar ningún título esa temporada; y aunque Manuel Pellegrini desembarcó en el equipo en 2009 y pidió su continuidad, el holandés terminaría saliendo siendo el segundo que caía bajo el peso del 10.

Diarra: un 10 que nunca lo fue

El mediocampo estuvo huérfano de un contención desde la salida de Makelele y tras intentos fallidos en el invierno de 2008 se contrató a Lassana Diarra para el puesto. El francés lo hizo de forma esplendida en su primera campaña, pero lo que más sorprendió fue que en la segunda eligiera el 10 como dorsal.

Alejado de todo lo que un verdadero 10 haría, Lass trabajó incansablemente destruyendo juego en lugar de crearlo y aunque no lo hacía nada mal quedó muy claro que el 10 no estaba en el lugar adecuado. Con el tiempo se fue apagando y en 2014 dejaría el equipo sin relucir tanto como cuando llegó.

Özil: la irregularidad hecha persona

Mesut Özil arribó al Madrid gracias a su espectacular desempeño en el Mundial de Sudáfrica 2010 para ser el 10 de los merengues. Lass le cedió el número y el alemán comenzó a deslumbrar con su calidad a toda la fanaticada blanca.

Con el correr del tiempo la palabra que mejor definió al germano fue irregularidad. Özil era capaz de combinar momentos de brillantes total con otros en los que desaparecía completamente; aunque era uno de los más queridos por los aficionados, que apreciaban mucho sus momentos lúcidos, el germano fue convencido por su padre de que debía ganar más y tener más protagonismo, algo que en el Madrid no consiguió así que terminaría dejando el club en 2013 por la puerta de atrás. El 10 se quedaba otra vez sin dueño.

James Rodríguez: la estrella fugaz colombiana

En el 2014 y tras su buen Mundial en Brasil, los merengues adquirieron al colombiano James Rodríguez. No se pensó en otra posibilidad que no fuera que el cafetero usará el número 10 que estaba huérfano, mejor elección no pudo haber.

James sorprendió a todos con su zurda mágica, que era capaz de asistir al compañero mejor posicionado como de sacar un zapatazo que terminara en gol. El colombiano brillo con luz propia en su primera campaña, pero en las dos siguientes su estrella se fue apagando. Problemas extradeportivos, lesiones inoportunas, la llegada de jugadores que le hicieron competencia, más la falta de confianza de dos entrenadores llevaron a que el mítico número 10 viera más partidos desde el banco que sobre el césped. Rodríguez salió al final de esta temporada y el 10, una vez más, era víctima de la maldición.

Modric entra en escena

El turno de portar el dorsal será de Luka Modric, que con la selección de Croacia lo luce siempre. El balcánico ya es un jugador consagrado, uno de los mejores en su puesto en el mundo y uno de los más importantes dentro de la plantilla blanca.

A pesar de que su posición ahora se encuentra un poco más atrás que en sus inicios sigue desparramando toda su clase, siendo el encargado de unir la defensa con el ataque. Su capacidad de crear juego y de hacer mucho mejores a sus compañeros lo hacen el candidato ideal para llevar la 10.

Desde Figo muchos lo han intentado, unos con mejor suerte que otros, pero nadie ha terminado de consagrarse. Modric tratará de parar la mala racha y aunque no se sabe si lo logrará, el 10 está en buenas manos ahora.   

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