Manuel Vargas | @MA_Vargas7
Real Madrid estuvo cerca de caer al abismo y ninguno de sus héroes habituales llegó a salvarlo, en lugar de eso fue uno que prefiere darle protagonismo a otros el que terminó tendiéndole la mano al equipo para rescatarlo. Marcelo sentenció una victoria por 2-1 ante el Valencia que le permite a los merengues dejar atrás otro obstáculo para seguir en su carrera por el título.
El equipo blanco ganó un partido crucial para sus aspiraciones en el campeonato liguero, que pasó por varias etapas: control sin sustos, ataque continuo, letargo total, mazazo che y terminó en el éxtasis brasileño.
Marcelo salvó los papeles a al Real Madrid en una segunda parte del brasileño primorosa, en las que dejó detalles de lo que es su juego, tan alegre como alocado. Que pese a dejar huecos atrás, lo compensa con un ataque exquisito que lo hace sin duda el mejor lateral izquierdo, en ataque, del mundo.
Aunque el Madrid se quedó con la victoria pasó un susto terrible que dejaba en vilo las posibilidades de llevarse LaLiga. Los blancos estaban advertidos de un Valencia que de los últimos cinco choques en el Santiago Bernabéu solo había perdido uno, de los que algunos habían incluso apartado de la lucha por el título al Madrid. En esta ocasión Zidane no quiso sorpresas y con el “Equipo A”, más Nacho y James Rodríguez, el club capitalino salió a sellar el triunfo, pero estos volvieron a dejar en duda su estatus de “inamovibles” por su propio pasotismo y autoconfianza.
La primera parte trascurrió entre un ataque medido de los blancos y el miedo del conjunto che a atreverse a algo más que defender. Los golpes del Madrid iban medidos, sin embargo solo Carvajal y, sobre todo, James Rodríguez, estaban demostrando que de verdad quieren ganar la Liga.
Pese a una superioridad evidente el Madrid solo marcó un gol, gracias a un cabezazo letal de Cristiano Ronaldo que aprovechó un centro perfecto de Carvajal, que para ese momento era el arma más utilizada por los blancos. Mientras tanto, James intentaba inspirar a sus compañeros luchando cada balón en defensa y tratando de habilitarlos en ataque; ninguno lo ayudó y el colombiano fue el mejor de una primera parte en las que las incidencias brillaban por su ausencia.
Cuando la calma estaba instalada y unos querían que el pitido final llegara y los otros lucían perdidos en una fiesta, ya mediada la segunda mitad, llegó el penal de Parejo a Modric. Cristiano Ronaldo lo cobró a su derecha para que Diego Alves volviera a demostrar que es un especialista en detener penales, más si es el luso el que los cobra.
La pesadilla del portugués ante guardameta brasileño (le ha detenido tres de cuatro penales) pareció despertar a un Valencia inadvertido hasta entonces. Una falta magistral ejecutada por Dani Parejo hizo volar inútilmente a Keyor Navas que aunque la tocó, el balón terminó entrando para probar una vez más que la “Ley del ex” es casi tan fuerte como la de la gravedad.
Todo pintaba muy mal para los merengues, que veían como se escapaba gran parte de la Liga hasta que llegó la genialidad de Marcelo. Tomó un balón suelto y como se fue hacia su derecha lo dejaron avanzar, el brasileño vio el hueco y no perdonó que subestimaran la puntería de su pierna mala. Golazo con buena cuota de felicidad incluida.
Zidane y los suyos salvaron un gran bache en este camino del campeonato español al que ya le queda muy poco. Tropezar no es una opción, menos cuando quedan cuatro “finales” a la vista en los que solo el triunfo vale, Marcelo lo sabe, pero si alguien lo olvida él vendrá desde la izquierda para recordar, con su juego alegre, que ganar siempre es más lindo.