Raúl Pérez / @enriul
La Liga está más viva que nunca. Barcelona asaltó al Santiago Bernabéu y terminó llevándose tres puntos que los coloca en el liderato del campeonato español, con un partido más que Real Madrid.
El Clásico español es sin duda el mejor partido de fútbol que puede jugarse en todo el mundo. Este domingo se enfrentaron en el Santiago Bernabéu dos equipos que llegaban con realidades totalmente opuestas, pero que dejaron sobre el terreno de juego un espectáculo inolvidable. Como siempre.
El primer tiempo arrancó con homenaje a Sergio García, pero el verdadero homenaje se lo darían los 22 futbolistas que saltaron al terreno de juego al fútbol. Real Madrid comenzó el duelo dominando, como era de suponerse. Los dirigidos por Zinedine Zidane llegaron al compromiso con los ánimos por los cielos y eso se reflejó en la cancha. Cristiano Ronaldo tuvo una clara para abrir el marcador, pero Marc-André ter Stegen impidió el gol del portugués.
El arquero alemán comenzaba a dar muestras del partidazo que terminaría realizando, uno de los grandes responsables del triunfo blaugrana. Sin embargo, al minuto 28, Casemiro fue el encargado de abrir la cuenta goleador para los locales. El brasileño cazó un rebote en el área, tras el cobro de una pelota parada, y aprovechó para poner en ventaja al Real Madrid.
El resultado parecía justo, pero Lionel Messi, el mejor del mundo, no cree en la justicia. El argentino colocó la igualdad en el marcador cinco minutos más tarde, tras una jugada sensacional por el medio del área. Gol 499 en la historia del astro argentino con la camiseta blaugrana y mucha tela por cortar.
Dos minutos más tarde se sumó otro palo para los blancos. Gareth Bale, duda hasta el último minuto, debió retirarse lesionado -otra vez- y en su lugar ingresó Marco Asensio, trastocándo así los planes de Zinedine Zidane, quien pecó de optimista al alinear al futbolista galés.
El entretiempo le devolvió el dominio al Real Madrid en un compromiso que perdió la mitad de la cancha. ter Stegen de un lado, y Keylor Navas del otro, intercalaron atajadas determinantes ante las embestidas casi sanguinarias de los delanteros de ambos equipos.
El partido estaba para cualquiera, pero sería el talento individual de Ivan Rakitic el que desequilibraría la historia. El croata, de gran rendimiento en la jornada de hoy, enganchó fuera del área y -tras dejar pasar de largo a Toni Kroos- sacudió un zurdazo impecable que se coló en el ángulo del arco defendido por el arquero costarricense.
Zidane retiró a un Casemiro que caminó por la cornisa de la expulsión durante todo el compromiso y le dio entrada a Mateo Kovacic, sin esperarse que la noche se les vendría encima. Al minuto 77, cuatro minutos más tarde del gol azulgrana, Sergio Ramos vería la roja directa tras una entrada sobre Lionel Messi y dejaba a los blancos contra la pared.
1-2 abajo, jugando con 10 y con el Barcelona inspirado, Zizou decidió darle entrada a James Rodríguez. El colombiano, quien ha sido señalado y apuntado a lo largo de toda la temporada, entró al campo con la intención de obrar un milagro, y vaya que lo hizo.
Tres minutos después de su ingreso, el colombiano mandó a guardar la primea pelota que tocó, tras un gran centro de Marcelo, y colocó el 2-2 en el luminoso, haciendo estallar las gradas del Santiago Bernabéu, quienes cantaban al unísono ¡James quédate, James quédate!
Pero la última palabra la tendría Lionel Messi. Al minuto 90+2, fragmento favorito del madridismo en los últimos años, y tras varias ocasiones blancas para darle vuelta al marcador (Asensio, Cristiano, James y compañía), Sergi Roberto armó un contragolpe letal que terminó en la zurda bendita de Lionel Messi, quien en un segundo consiguió la victoria, su gol 500 con la camiseta de sus amores y le dio el liderato provisional a un Barcelona que hasta hace unos días se veía desahuciado.
La historia la escriben los grandes, y hoy, en el Santiago Bernabéu, el más grande de todos escribió una página imborrable de este maravilloso deporte llamado fútbol. La Liga no está definida, el Madrid aún tiene un partido menos (ante Celta de Vigo), pero el choque de hoy no saldrá de la retina de los espectadores en mucho tiempo y puede marcar un antes y un después en lo que queda de temporada.