Manuel Vargas | @MA_Vargas7
Se percibía en el aire madrileño que sería un gran derbi y no defraudó. El Real Madrid y el Atlético de Madrid empataron 1-1, con goles de Pepe y Antoine Griezmann, y la Liga se pone muy cerrada en la parte alta.
Tanto los blancos como los colchoneros salieron con todo para volver a dirimir quien se sentaba en el trono de la capital española, pero fueron los de Zinedine Zidane los que demostraron que de verdad querían seguir mandando, no solo en Madrid, también en España.
Un juego de toque, paciencia, presión y, cuando fue necesario, verticalidad fue lo que el Madrid enseñó en césped del Santiago Bernabéu. Resulta que los merengues pueden jugar bien con el tan cuestionado 4-3-3. El equipo se dejó ver comprometido con la causa, sabiendo el rival que tenían en frente, pero tal superioridad no era imaginada ni en los mejores sueños de Tomás Roncero.
Los blancos respondieron gracias a una actuación superior de dos puntales como Toni Kroos y Luka Modric, que lucieron como dos aspiradoras de la ama de casa más enfermiza. El único que no termina de carburar es Gareth Bale, pero los merengues dejaron claro que el traje de la BBC les queda muy bien para las grandes citas.
El dominio fue total. Los errores del Atlético eran bien tomados por los madridistas que veían muy claro a Jan Oblak, mientras que los colchoneros no sabían ni de qué color iba vestido Keylor Navas. El portero esloveno evitó la debacle ante Cristiano Roanaldo, Karim Benzema o quien quisiera patear y en la única que no pudo, Stefan Savic estuvo más atento que un salvavidas para socorrerlo.
Pepe imperial
Pepe descifró el enigma. Con gran sigilo pasó entre la defensa como si fueran conos y cabeceó un tiro libre exquisito centrado por Kroos. No se sabe si el portugués seguirá de blanco la próxima temporada, pero quería despedirse de gran forma.
A partir de allí no bajaron el pistón y el ataque persistió para buscar más goles, pero es que este Atlético está hecho de mucho corazón y volvió a demostrarlo cuando más necesitado estaba. Agazapado en su área, todo mérito del Madrid, los rojiblancos empezaron a buscar salir y aprovechar algún error; Griezmann ya lo había intentado en la primera parte, en la segunda fue Torres quien tuvo la suya y Navas se la quitó, entonces fue allí cuando la pizarra hizo su efecto… y para mal.
Los cambios pasaron factura
Zidane dejó muy claro desde el inicio que tenía marcado bien en rojo este partido, al igual que el “Cholo” Simeone, pero es que el francés, por jugar de local y con ventaja en la tabla, tenía más responsabilidad. Zidane movió piezas, cambió la BBC para sintonizar otro canal y la cosa no funcionó bien. Pepe salió por lesión, primer traspiés; y después fue el estratega galo al cambiar a Kroos quien le sacó un incordió de encima a Simeone.
Con el 4-4-2 que montó buscó más seguridad, pero sin Kroos apareció un valle tranquilo en todo el centro. Simeone vio el panorama y puso en el medio a Ángel Correa, que se asoció con Griezmann para que este fijara la igualdad en la pizarra con un gol de verdadero pillo. Una vez más, el Atlético no se dio por vencido y supo capitalizar su oportunidad. Griezmann se entiende con el Cholismo, y viceversa, pero es que el francés mejora con cada partido que pasa, enseñando todo lo bueno que un delantero debe hacer con pocas oportunidades, y se erige así como figura a seguir con esos goles que tanto valen.
Ser superiores no siempre funciona, como ser oportunistas tampoco lo hace. Los dos equipos tuvieron su momento y lo aprovecharon, pero es que la sensación de pesadumbre queda para un equipo blanco tenía todo a favor y con unos cambios dejó escapar dos puntos que incendian aún más la tabla.
Ninguno de los dos equipos admitirá lo crucial que era este partido, pero en él no solo jugaban ellos sino también el Barcelona, que con este empate se ilusiona con hacer un verdadero asalto a esta Liga española. Quedan muchos juegos en disputa, sin embargo todo apunta a que en será el Clásico el que decida una liga que Griezmann se ha encargado de animar con un gol tan bonito como incomodo, al más puro estilo Simeone, al más puro estilo Atlético de Madrid.
Fotos: Diario As y EFE