Manuel Vargas || @MA_Vargas7
El Real Madrid se impuso con claridad por 2-0 ante un Espanyol que poco pudo hacer para detener el fútbol de los blancos. Morata y Bale fueron los autores de los goles en una noche en la que Isco y Cristiano Ronaldo se lucieron.
Dentro del club merengue no hay tiempo para respirar porque los partidos se suceden uno detrás de otro. En esta ocasión el Real Madrid volvió la cara a La Liga y allí, donde es líder, no quiso ceder ni un poco ante un Espanyol que venía bien, pero que ante la creatividad de los de Zinedine Zidane no tuvo un antídoto efectivo.
Los merengues dominaron de principio a fin un partido en el que la magia se hizo presente en las botas de Cristiano Ronaldo y, sobre todo de Isco. El de Arroyo de la Miel desplegó toda su calidad y clarividencia en beneficio del colectivo, respondiendo a las expectativas de su entrenador y demostrando una vez más que las rotaciones de Zidane no solo surten efecto, sino que también animan a todos sus jugadores.
Isco manejó al equipo a su antojo apoyado en la fiabilidad que da Kroos y a la polivalencia de un buen Kovacic en el medio. De Kiko Casilla no hubo noticias, francamente porque el Espanyol no se decidió nunca a comprobar si estaba y cuando hacía el intento Pepe, que volvía a la titularidad, y Varane lo evitaban.
Al recital que estaba armando el malagueño se unió Cristiano Ronaldo. El portugués, al parecer se hartó de las acusaciones de su declive, ha empezado a mutar su juego a uno no solo más colectivo, sino en uno que hasta le permite ciertos lujos. Si ante el Napoli dio muestra de su destreza, contra los catalanes se desató y como un huracán se movió por en el frente de ataque destrozando todo a su paso. Cayó por las bandas y por el centró, combinando con sus compañeros, intentando asistirlos, dándose además el tiempo de levantar a los suyos con una elástica, con caño incluido, ante David López.
Un torbellino blanco se había formado en el Santiago Bernabéu, pero todo el ataque no se traducía en goles hasta que llegó Álvaro Morata. El delantero español volvió a dar prueba de lo que debe hacer un nueve y del hambre que tiene, porque aprovecha sus minutos como nadie. Con una joya de Isco, en forma de centro, mandó a la pelota a la red con un cabezazo. Benzema es un crack, pero si lo que necesitas son goles Morata es el hombre. Zidane ya tomó nota.
Volvió Bale
La segunda parte transcurrió con un dominio abrumador de los de la capital que no terminaban de cerrar el partido. Sin embargo, el temor de un posible empate nunca ocurrió, porque los de Quique Sánchez Flores ni si quiera se tomaron la molestia de probar.
Antes del final, Isco volvió a frotar la lámpara y en una contra mandó un pase sublime a Bale, que volvía a los terrenos de juego luego de 88 días fuera, y como si no hubiese pasado ni un día, el galés superó a su rival en carrera y con un zurdazo batió a Diego López, todo en “modo supersónico” o “modo Bale”, que es lo mismo.
Hubo tiempo para buscar el gol de un Cristiano magnífico, que al final no llegó y hasta un penalti no pitado pudo haber ayudado, pero poco importa porque con un Ronaldo jugando así los goles pronto llegarán.
El Real Madrid sigue en la cima de la tabla, a cuatro puntos del Barcelona, debiendo aún dos partidos, con vida en Champions League y con una buena racha de juego. El fútbol es muy cambiante, pero por ahora sonríe y lo hace de blanco.
Fotos: Ap