Isco Alarcón mantiene el temple. El malagueño cuenta los partidos del Madrid desde el banquillo. Nuevo año, viejas costumbres. Tras un arranque en el que parecía que Isco gozaría de mayor peso en el equipo, el medio del Real ha vuelto a su lugar fio en el equipo: el banquillo.
James Rodríguez, criticado hasta la saciedad y sin la confianza de Zidane, le ha vuelto a pasar la mano por la cara a Alarcón. Isco no tiene ‘padrinos’ en el Real. James, afirman, sí.
Sea como fuera, la realidad del internacional es una: la importancia en el once cae partido a partido. Su caché se desmorono. Y la salida en el mercado de invierno se dibuja como la mejor solución para la partes.
El Real tiene ‘overbooking’ en el medio del campo y el club no haría ascos a una oferta con varios ceros. ¿Y Alarcón? Juega sus cartas.
En Inglaterra están dispuestos a sacar al futbolista del Bernabéu en enero. Una salida que llenaría los bolsillos del malagueño con cifras que multiplican sus actuales emolumentos en el Real, a la vez que le darían un protagonismo en el campo que, por el momento, el Madrid le niega.
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