El culebrón del verano tuvo nombre y apellidos: Paul Pogba. El centrocampista francés fue el gran protagonista del mercado de fichajes durante gran parte del periodo estival y acabó siendo el fichaje más caro de la historia del fútbol: el Manchester United desembolsó alrededor de 120 millones de euros para traer al francés de vuelta procedente de la Juventus de Turín.