Ángel Darío Sánchez
El barco vinotinto zarpó a aguas caribeñas para tener otra prueba con miras a una de sus rutas finales: la Copa América. La misión, una vez anclados en Jamaica, era ver a los legionarios en acción, que de nuevo Sanvicente reunió para inyectarles su filosofía.
Una tarea ardua que ha tenido Noel desde su arribo a la selección por el corto tiempo de maniobra para ajustar esos detalles, que en vez de reducir parecieran que se multiplicaran cuando salen al ruedo, como sucedió en Montego Bay.
En su tercer amistoso del año Venezuela no lució, su imagen fue gris salvó algunos compases del segundo tiempo, pero el resto del compromiso se vio una Vinotinto perdida sin ningún síntoma de haber absorbido, por ahora, la idea táctica que quiere Sanvicente sobre el campo de batalla.
Esa presión alta, las subidas de los laterales, las llegadas constantes de los extremos y el juego medular, donde los responsables de robar y crear juego no aparecieron, brillaron por sus ausencia en la tierra de Bob Marley. Sin dejar de un lado la endeble defensa que fue el punto más negativo de la noche.
Es que la última línea fue un constante dolor de cabeza para el combinado patrio, donde “Chita” tuvo la oportunidad de ver a Fernando Amorebieta, que mostró síntomas de irregularidad por culpa de esas lesiones que lo alejaron de las canchas en Inglaterra.
Por las bandas también se falló, es que Jamaica, sobre todo en la primera parte, centró su ofensiva por los costados, algo que no solo los “Reggea Boyz” han aprovechado en estos amistosos que ha tenido Venezuela en los últimos meses.
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En tanto que en el sector medular también deslució en los primeros 45 minutos, donde Noel puso dos volantes de destrucción como lo son Rincón y Lucena, pero ninguno pudo compenetrarse y el resultado final fue un divorcio entre ambos en el medio.
Ya para la segunda parte “Chita” movió sus piezas, sacando a Lucena para retroceder a Juan Arango, que en el primer tiempo no pudo imprimir lo que quería el estratega guayanés con él porque por momentos jugaba como una especie de media punta y por otros trataba de ayudar a la pareja Tomás-Lucena, y en ese movimiento generó un efecto positivo.
El “18” le dio equilibrio al juego criollo, generando más jugadas, pero de ahí partió el error del segundo tras un pase a Amorebieta que no pudo controlar. Esas variantes de Noel fueron lo poco que se pudo rescatar del juego, porque los Josef Martínez, Alejandro Guerra, Ronald Vargas y Alexander González le dieron otro aire al juego de la Vinotino.
Por otras partes la delantera fue la victima de este mal desempeño. Salomón Rondón, salvo el pase a Cichero que termino en un bombazo de gol, fue un mero espectador del encuentro porque los balones no le llegaron por esa desconexión que hubo entre el mediocampo y la artillería.
El barco Vinotinto se perdió, naufragó en las aguas jamaiquinas, y eso que sus rivales no fueron una aplanadora, a lo contrario fueron inteligentes porque administraron bien su juego, que se caracterizó por el despliegue físico y su velocidad arriba.
Este amistoso arrojó varias dudas por el poco tiempo que hay para que arranque la Copa América y porque este equipo que se presentó en Jamaica tiene a los considerados “caballos”.