Damian Alberto Cloquell
Los jugadores del equipo Estudiantes de Mérida iban camino a Cabudare, este sábado, cuando en el km 9 del sector Barracas de la autopista José Antonio Páez, del estado Barinas, el bus que los conducía volcó y dejó a varios jugadores con heridas de diferentes características que van desde traumatismos leves a pérdida de sensibilidad en parte de su cuerpo. Este último es el caso del uruguayo, y capitán del equipo, Carlos De Castro, futbolista que quedó con la condición más delicada después del accidente
Estudiantes iba a pernoctar en Cabudare para luego dirigirse a San Felipe, el día domingo, para disputar ante Deportivo Lara su encuentro correspondiente a la cuarta fecha del torneo clausura, partido que la FVF decidió suspender dados los hechos.
Según versiones de los propios jugadores académicos el autobús iba a una alta velocidad cuando se le atravesó un carro y el chofer realizó una maniobra para evitar el choque. Esto produjo el vuelco del bus que afecto en especial a los que iban en la parte delantera y trasera del mismo. El cuerpo técnico iba en otra unidad de transporte y fueron los primeros en auxiliar a sus jugadores.
Luego del suceso el grueso de jugadores de Estudiantes de Mérida fueron traslados al Hospital Dr. Luis Razzeti de la ciudad de Barinas, en el mismo fueron tratados, algunos con heridas leves que requirieron de puntos de sutura y otros con efectos propios de la hiperextensión cervical (latigazo).
El volante de primera línea Wislintong Rentería sufrió una fractura en una de sus clavículas, mientras que el caso más grave fue el del uruguayo Carlos De Castro, quien sufrió un traumatismo raquimedular a nivel de las vertebras C5 y C6, sin embargo no se lograba ubicar los implementos necesarios para su intervención quirúrgica, entre ellos un “sistema de fijación cervical bajo”.
Al final de la tarde se pudo conocer que el médico traumatólogo de los Tiburones de La Guaira, el Dr. Arnaldo Machado, especialista en medicina deportiva, se logró comunicar con el gerente deportivo del académico, Pascuale Coppola, y le ofreció la ayuda necesaria tanto en los implementos necesarios para la cirugía, como en el aporte de especialistas en el área.