Alfredo Coronis A.
Desde la detención de Rafael Esquivel, el fútbol criollo ha cambiado mucho. La crisis económica se ha acentuado y eso ha despertado pugnas internas y externas en la FVF. Esto se vio reflejado en el rendimiento deportivo de la selección nacional absoluta y creó fisuras entre jugadores y la FVF.
Cambios políticos y económicos: Laureano González tomó la presidencia de la Federación Venezolana de Fútbol, pero no alteró el organigrama. Sin embargo, con el transcurrir de los días y al ver que el regreso de Rafael Esquivel se demoraba, fue imprimiendo sellos propios a su gestión, que culmina en marzo de 2017. Por la crisis del país y unos impagos en dólares de PDVSA, la nueva cabeza de la FVF ha declarado que, aunque la Federación no está quebrada, hay que manejarse con suma austeridad.
Roces deportivos
La detención de Rafael Esquivel tomó a la selección absoluta en plena concentración para la Copa América 2015 en Argentina, antes de partir a Chile para la competición. Hubo problemas de pagos de alojamiento y viáticos en los instantes iniciales, que fueron resolviéndose en el camino. La situación no mejoró para eliminatorias y entre mejoras exigidas por los jugadores y algún exceso verbal de Laureano González se desató una guerra de cartas y declaraciones. En una misiva, 15 convocables vinotinto firmaron un documento en el que exigían la renuncia de los directivos. Los resultados deportivos en el arranque de la eliminatoria (ningún triunfo) acrecentaron la crisis.
Nuevos aspirantes a la “Silla de Sábana Grande”
La ausencia de Rafael Esquivel, quien controló la FVF durante 28 años, abrió posibilidades a actores externos para aspirar a la presidencia. Sin el “hombre de hierro” hay más opciones. Richard Páez y Tony Carrasco ya han asomado sus intenciones. La Asociación de Clubes se ha mostrado con fuerza al actuar en bloque. Por la FVF se desconoce quién será el candidato “oficialista” para las elecciones de marzo de 2017.