Alfredo Coronis
Detrás de cada gesta hay historias particulares de esfuerzo y otras de revancha ante la vida.
Deportivo Anzoátegui, que al arranque no contaba para muchos, en el transcurrir del Torneo Apertura se ganó el respeto y se fue perfilando como rival a vencer hasta aparecer hoy en la final.
El avance fue incontestable: aplastó 6-0 a Aragua en la vuelta de la semifinal, llave que resolvió 7-1 en el global. Los orientales aseguraron competición internacional, pues si ganan la final ante Zamora van a la Copa Libertadores 2017, pero si pierden tienen boleto para la Sudamericana 2016.
Joven maestro
El artífice de esto es Nicolás Larcamón, técnico que cumplirá 32 años en agosto y por días, es el segundo más joven del Apertura, tras Frank Flores, del JBL.
Iba a llegar a coordinar las categorías inferiores de Zulia, algo que hacía en Nueva Chicago, club argentino en el que trabajaba antes de llegar a Venezuela. En el camino apareció la opción de dirigir en primera división con Anzoátegui.
En principio, el Deportivo Anzoátegui fue un cuadro bien armado, con figuras prominentes. Apostó al 4-3-1-2 y tuvo un arranque positivo.
En el camino, problemas administrativos, alejaron a Javi López (quien dejó al equipo), Rolando Escobar y Edwin Aguilar.
Apareció la primera gran prueba para Larcamón: llegar a buen puerto con los chamos. De ser el equipo con mayor promedio de edad en la ronda regular del Apertura, pasó a ser el más joven del octogonal.
“Todo ha sido muy rápido. Apenas tenemos tiempo para celebrar. A nuestra llegada, ya estaba conformado el plantel. Es un plantel bastante largo. Tuvimos que reestructurar la plantilla, cambiar todo. Fue un año de aprendizaje para mí, en la cancha y en cómo lidiar en lo extradeportivo”, comentó el argentino.
El peso de un líder
“Traer a Renny Vega fue una de las mejores decisiones de mi vida”, dijo Nicolás Larcamón.
En efecto, fue uno de sus pocos pedidos directos: un portero de experiencia que tuviera salida con los pies.
Renny Vega llegó con el torneo arrancado y con Geancarlos Martínez como titular. El que fuera portero titular de la Vinotinto estaba sin equipo desde hacía seis meses, entrenándose por su cuenta. Fue fichado por el , pero jugó solo tres partidos, entre copas y liga.
Tomó la porteríaUnión de Madeira en la fecha 11. Desde allí (13 duelos), Anzoátegui solo ha perdido un partido y ha dejado su arquería en cero tres veces. “Aparte de portero, es un gran capitán”, aportó Larcamón.
“Hace seis meses estaba sin equipo y no se acordaban de mí. Hoy estoy en una final. Respeten eso”, dijo Renny Vega la televisión con gritos expresivos tras despachar al Aragua.
Balas que fortalecen
En abril de 2015, Charlis Ortiz y Adalberto Peñaranda estaban en una fiesta. Hubo un altercado y un pistolero irresponsable sacó su arma y baleó a ambos. Peñaranda recibió un impacto en el muslo, con entrada y salida, mientras que Charlis Ortiz llevó peor parte: un impacto en el brazo y otro en las costillas que pasó a milímetros de un pulmón.
Hoy, Charlis Ortiz es finalista y a juicio de Nicolás Larcamón “uno de los mejores que tengo. Un líder en la cancha”.
Charlis Ortiz dice que es “la mejor temporada en su carrera”. Al menos, en números es su mejor semestre: nunca antes en torneos cortos había marcado cinco goles ni jugado 19 partidos.
Argumenta: “En mí han cambiado muchas cosas. Ya he dejado la noche y me enfocado más en el fútbol. Y así me está yendo bien. Estoy contento, tranquilo y enfocado”.
No rehuye cuando se le consulta si aquella noche con disparos fue un antes y un después: “Por supuesto. Valoras muchas cosas. No es solo que iba a dejar de jugar fútbol, sino que iba a dejar de vivir. Estuvimos cerca. Ahora veo a Peñaranda, un hermano para mí después de eso, brillando en Europa. Y acá, nosotros en una final. Es nacer de nuevo”.