Alfredo Coronis A.
Andrés Ponce atiende tranquilo el telefóno. Vio que la llamada venía de Venezuela y respondió con emoción.
El zuliano de la Cañada de Urdaneta ha evolucionado muchísimo. Se le nota madurez a sus 19 años, tanto en su actitud como en sus respuestas.
Ahora habla pausado. Responde con franqueza y sabe hacia adónde apuntar. Desde su despunte con aquella sub-17 que en 2013 clasificó al Mundial hasta su actualidad, tuvo algunos tropiezos que le han hecho ver las cosas de otra manera.
“Acá estoy feliz, tranquilo. Sé que voy encaminado a un objetivo y que pronto me llamarán del primer equipo”, asesta.
Ponce está en la categoría primavera del Sampdoria. Vino de la segunda división de Portugal, donde jugaba con el Olhaense. No tuvo mayor éxito en su experiencia lusa: “No jugaba. Casi no veía minutos y la organización del club no me gustaba. No se veía, por ejemplo en mi caso, que había una política de desarrollo. No estaba contento. Ahora es otra cosa. Sampdoria es un club grande, estructurado”.
No ve con traumas pasar de un equipo de segunda a uno juvenil: “Muchos se preguntaban donde estaba, si me había “quemado”, si me había desaparecido. Pero estoy contento con este proceso, estoy jugando y el cuerpo técnico de primera siempre me viene a ver. Creo que el salto está pronto a darse, me hablan mucho y me ha tocado entrenar varias veces con la plantilla principal. Estoy muy a gusto, pero llevo todo con calma, con paciencia. Hay que seguir trabajando”.
De la categoría “Primavera” asegura que “es muy veloz. Te pide ida y vuelta. Hay muchas ganas de brillar de todos los participantes, porque son jóvenes y por eso es bastante competitiva”.
Comparado con Batistura. Ponce, que ya cuenta 12 goles en igual número de salidas, es el punta en un 4-4-2. Recientemente, Riccardo Pecini, director de categorías inferiores de la Sampdoria, le bañó en elogios: “Ponce cuenta con las proporciones adecuadas y que nadie se ofenda, yo diría que me recuerda a Batistuta por la facilidad con la que remata a puerta, por la forma en que siempre busca la meta. Cuando estuvo trabajando con el Milan, no fue posible tomarlo porque no había lugar para otros extranjeros”.
“A Pecini lo conozco, es una gran persona. Es cierto, cuando probé con Milan por poco no quedé. Pero acá estoy tranquilo. Muchos hablan de irme en invierno, quizá hay equipos interesados, pero solo pienso en el Sampdoria y ser fijo en el primer equipo”, dijo Ponce.
Acostumbrado. Ponce asegura que “el italiano es muy parecido al castellano, así que ya casi hablo y entiendo muchas cosas. Acá te tratan muy bien y no puedo mentir que extraño a mi gente, pero me han venido a visitar y estoy muy tranquilo e ilusionado”.
“Al final, el apoyo y el cariño de la gente me mueve. Mi familia nunca me abandonó, hasta en los momentos más difíciles”, concluye. Espera juntarse pronto a Tomás Rincón, Josef Martínez y el recién fichado Manuel Arteaga en la Serie A.
2015-12-16