Hubo un día en el que Pep Guardiola, antes de estrenarse como técnico del primer equipo en el curso 2008-09, decidió darle galones a Leo Messi. Entendió el entrenador que el argentino estaba preparado para liderar al equipo y que estaba rodeado de unos sensacionales futbolistas como para no fracasar. No se equivocó. El Barça desde entonces se convirtió en un grupo ganador, liderado por un futbolista increíble que colaboró de manera directa en la conquista de partidos, competiciones y a doblar títulos, nacionales, continentales y mundiales.
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