El feeling que en este momento mantiene Luis Enrique con Josep Maria Bartomeu, el presidente que le abrió las puertas del Barça, es absolutamente positivo. El trabajo del técnico asturiano es valorado con sobresaliente por el presidente, que se muestra receptivo a atender cualquier queja o petición que pueda tener el técnico para que nada pueda enturbiar la excelente relación que les une. Una de esas queja/peticiones es la renovación de Dani Alves.
El lateral brasileño sabe que Luis Enrique ha exigido su renovación y que Bartomeu no se la puede negar. Y ha querido aprovecharse de la situación subiéndose a la parra con sus exigencias económicas cuando el acuerdo de prolongación de su contrato estaba al caer. Dani Alves ya ha cumplido los 32 años y el club entiende que ya ha dado al Barcelona lo mejor que podía ofrecer. Pero atendiendo a su entrega incuestionable durante los siete años que ha defendido la camiseta del FC Barcelona, el club estaba dispuesto a mantenerle las condiciones económicas que tenía hasta ahora, con dos años de contrato y un tercero opcional (ya tendrá 35 años) supeditado a su rendimiento, con una serie de incentivos por objetivos que podrían multiplicar sus ingresos si su rendimiento es óptimo. Esta oferta se produjo después de que Luis Enrique dejara claro que Dani Alves era imprescindible en sus esquemas, de ahí que el club mejorara las condiciones económicas de la oferta inicial que presentó al jugador, que era claramente a la baja.