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Fórmula 1

Ayrton Senna 22 años después

Por Meridiano

Domingo, 01 de mayo de 2016 a las 07:55 am

Rafael Adolfo Vásquez

Cada vez que se conmemora el día del trabajador, el 1ero de mayo se convierte en una fecha de culto para la Fórmula 1 y en general para el deporte. Hace 22 años falleció Ayrton Senna Da Silva, el inmortal piloto brasileño, luego de un accidente en la curva de Tamburello, durante el Gran Premio de San Marino en el circuito de Imola.

Aquel fin de semana desgraciado, en el que un día antes también pereció el austríaco Roland Ratzenberger y que casi le cuesta la vida a Rubens Barrichello, marcó un punto de inflexión en la máxima categoría del automovilismo, porque dejó las bases en cuanto a medidas de seguridad que permitieron una reducción considerable de fatalidades en las últimas dos décadas, quebrantada una vez con el fatídico incidente que finalmente se llevó al francés Jules Bianchi en 2015, después de varios meses en coma.

Si aún estuviera en este plano, en la actualidad Senna tendría 56 años de edad -nació el 21 de marzo de 1960-; su partida fue un hecho que lamentaron profundamente admiradores y muchos de sus detractores.

AQUELLA DEMOSTRACIÓN EN MONTECARLO

Desde que llegó a la F1 en 1984 de la mano de la escudería Toleman, donde coincidió con elvenezolano Johnny Alberto Cecotto, dio la impresión de un don especial con el volante que pronto lo catapultaría hacia la fama. No tardó mucho en hacerlo, específicamente en el GP de Mónaco del 3 de junio de aquel entonces, poco le faltó para remontar una carrera con la lluvia azotando el asfalto del principado.

Ahí, ante propios y extraños estuvo a sólo una vuelta de lograr una hazaña en un carro con inferiores capacidades técnicas y de potencia; una carrera que finalmente se llevó el francés Alain Prost. Luego de esa demostración, las puertas del éxito se abrieron de par en par, dando un salto a una de las grandes escuderías: Lotus.

Con sus nuevos colores consiguió el primer triunfo de su trayectoria, el 21 de abril de 1985, en el circuito de Estoril en el Gran Premio de Portugal. Aquel podio fue completado por el recordado Michelle Alboreto (Ferrari) y Patrick Tambay (Renault). En el cuarto puesto quedó su compañero, Elio de Angelis quien en poco más de un año, encontró la muerte en el circuito Paul Ricard de Marsella, el 15 de mayo.

MCLAREN Y LA RIVALIDAD CON PROST

En 1988 después de tres temporadas con Lotus, Ayrton Senna se llevó su talento rumbo a McLaren, coincidiendo con el campeón reinante el francés Alain Prost. Con el galo, se granjeó una de las rivalidades más recordadas de la historia del deporte. El paulista consiguió su primer campeonato mundial ese mismo año, pero ya para 1989, la relación con su compañero estaba rota.

Inolvidable fue el duelo que ambos vivieron desde principio hasta el fin de esa campaña, llegando con posibilidades de conseguir el título en la última carrera en el circuito de Suzuka, en el GP de Japón, donde ocurrió uno de los más célebres disputas jamás vistas, que terminó con Prost fuera de carrera en la vuelta 47 en la chicana Casio luego de un choque con Senna, que  a pesar que pudo continuar en liza, después fue descalificado. Esa maniobra le costó al sudamericano una multa monetaria y la suspensión de su superlicencia que nunca se ejecutó.

No quedaría ahí esta situación que se trasladaría en la zafra siguiente, ante la atenta mirada del presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, Jean Marie Balestre quien para muchos, protegía a toda costa a su paisano, Alain Prost. Por cierto, el europeo después de ese gran cisma ocasionado por la crispante relación con Ayrton Senna, decidió recalar en Ferrari.

Ya la historia es conocida, Senna se consagró consecutivamente en 1990 y 1991. Después vivió el dominio de la Williams con motores Renault que comenzó en 1992 con el británico Nigel Mansell y que continuó con el propio Prost que volvió en 1993, después de un año retirado de las pistas.

PRINCIPIO DEL FIN

Cansado de no contar con un motor competitivo que lo llevara al tetra campeonato, Ayrton Senna se despidió de McLaren con un triunfo en Australia en el Circuito de Adelaida; esa fue la última vez que probó las mieles de la victoria en la Fórmula 1. Por ello firmó un contrato con Williams, para liderar junto con Damon Hill un nuevo proyecto que lo catapultara al tan ansiado título, sin embargo las cosas no salieron tal y como se esperaban.

Desde el principio todo salió mal. El FW16 diseñado por Adrian Newey y Patrick Head, no tenía las ayudas electrónicas que si poseía el modelo que le precedió y por ende, era un monoplaza difícil de manejar. Esa dificultad generó serios inconvenientes en el desarrollo del vehículo y le granjeó sendos abandonos a Senna tanto en el GP de Brasil, como en el disputado en el trazado japonés de Aida, en el  GP del Pacífico.

Llegó a la tercera prueba del calendario, en el Enzo y Dino Ferrari de Imola con con la presión que su principal rival, el alemán de Benetton, Michael Schumacher consiguió dos victorias al hilo. Con ese añadido y con la cargas emotivas de la muerte de Ratzenberger y los problemas de índole personal que le aquejaban en aquel entonces, todo parecía el caldo de cultivo perfecto para que se orquestara una tragedia, tal como ocurrió.

En la séptima vuelta de aquel domingo 1ero de mayo, la leyenda se convirtió en un mito y hoy, 22 años después, aunque casi todas sus marcas y récords fueron batidos, su estilo y carisma sigue manteniéndolo en boga, haciéndolo trascender en el tiempo.

Seguramente para los brasileños y aquellos quienes disfrutaron de esos años considerados como dorados en la F1, la figura de Ayrton Senna Da Silva vivirá por siempre.

FARÁNDULA