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Clásico Mundial

Se acabó el suplicio venezolano

Por Meridiano

Sabado, 18 de marzo de 2017 a las 03:05 pm

Raúl Pérez / @enriul

El Clásico Mundial de Béisbol fue cíclico para Venezuela. Aquel viernes, 10 de marzo, el conjunto comandado por Carlos Guillén en los despachos y por Omar Vizquel en el terreno sentó precedente de como sería el devenir del torneo ante Puerto Rico, mismo rival que hoy hizo que nos despidiéramos por la puerta de atrás y con la cabeza gacha.

Venezuela, un equipo que se preparó como nunca antes para el evento, con alguna que otra participación de sus peloteros en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional y entrenamientos extra a principios de año, cavó su propia tumba ese 10 de marzo, no por la derrota en sí, sino por las formas en la que se cayó.

Desde ese día, la novena patria fue dando tumbos a lo largo de la primera ronda (victoria sufrida ante Italia en entradas extras y derrota contra México), clasificando a la segunda ronda por una polémica fórmula en el diferencial de carreras recibidas. Los venezolanos demostraron más agilidad en la mesa de discusión que en el terreno de juego, poca broma.

Sin embargo, y a pesar de la euforia que generó la clasificación a la ronda semifinal disputada en San Diego, Venezuela nunca mostró jerarquía en su juego. Miguel Cabrera, José Altuve (quien incluso estuvo sentado en un compromiso) y Carlos González, referentes de la selección, se mostraron muy por debajo de su nivel en todo momento. La segunda guardia tampoco sacó la cara por un plantel en el que solo se salvaron Alcides Escobar, Rougned Odor, el joven lanzador José Castillo y poco más.

Y la debacle venezolana se acentuó al conseguir en la vereda de en frente al equipo más en forma del campeonato. Puerto Rico ha sorprendido a todos los amantes de la pelota por su alegría para jugar, el ímpetu y las ganas con la que afrontan cada turno y cada lance a la defensiva.

Hoy no fue diferente, a pesar de no contar con Francisco Lindor, Yadier Molina, Carlos Beltrán y Javier Báez, los boricuas se mantuvieron en su línea y anotaron una carrera en la propia primera entrada en los pies de Ángel Pagán. Los caribeños agregaron una más en la tercera entrada, anotada por Carlos Correa, aprovechando una pifia defensiva de Hernán Pérez (primera base de emergencia ante la ausencia de Miguel Cabrera) y sumaría una más en los pies del propio Correa en el quinto episodio. 

Martín Pérez, quien no dio garantías en ninguna de sus dos salidas, solo se mantuvo sobre la lomita durante dos episodios y dos tercios, por lo que el bullpen venezolano tuvo que trabajar desde temprano. Lamentablemente cada uno de los relevistas que subió al morrito por el tricolor recibió anotaciones en la jornada de hoy. Omar Bencomo Jr. (3), Wilfredo Ledezma (4), Jhondaniel Medina (1), José Álvarez (1) y Héctor Rondón (2) desfilaron por el montículo sin poder maniatar los bates puertorriqueños.

Los dirigidos por Edwin Rodríguez sumaron dos anotaciones más en la sexta entrada, para colocar el compromiso cinco carreras por cero, antes de que Rougned Odor diera la única señal de vida de los bateadores venezolanos en el compromiso con un enorme cuadrangular que encontró a José Altuve en circulación. 

Pero lejos de ser un revulsivo para Venezuela, el batazo de Odor sirvió como chispa que encendió la mecha borinqueña. Puerto Rico agregó cinco carreras más en la séptima entrada y la sombra de un nuevo nocaut envolvió a los venezolanos. Afortunadamente se quedaron cortos en la producción durante esa séptima entrada, por lo que el juego logró continuar hasta la novena entrada, en la cual Héctor Rondón permitió cuadrangular de dos carreras de Kennys Vargas para poner cifras definitivas al duelo.

La derrota fue para Martín Pérez y el triunfo para el joven José de León y una novena puertorriqueña en la que cada uno de los nueve peloteros que arrancaron el compromiso por conectaron por lo menos un indiscutible y tan solo Enrique Hernández no pudo anotar en carrera, lo que muestra a leguas el poderío ofensivo de un seleccionado que no cree en jugadores suplentes o titulares y se ha venido entregando desde el primer día del torneo.

Así se despidió Venezuela del torneo. Con la misma imagen gris de aquel 10 de marzo. Con una nueva derrota por un margen de 11 carreras ante Puerto Rico (13-2) y con la sensación de que todo se hizo mal desde el armado del plantel, pasando por la dirección técnica y por la actitud de los peloteros.

El Clásico Mundial de Béisbol fue un torneo cíclico para una selección de Venezuela que demostró que lo que mal empieza, mal termina.  

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