César Sequera Ramos || @CSequera11
Con una soberbia actuación de su cuerpo de lanzadores, Israel sorprendió al local Corea del Sur en el primer encuentro del Clásico Mundial y los derrotó por un cerrador marcador de 2 carreras por 1 en diez entradas.
Cánticos en las barras, coreografías por los aficionados y pocas carreras, fueron las principales características de un duelo que fue completamente distinto a lo esperado. Los locales partían como claros favoritos en la previa, pero no esperaban tal rendimiento de los serpentineros visitantes.
Jason Marquis, que tiene 124 victorias en Grandes Ligas pero que no actúa en ese nivel desde 2015, fue el responsable de abrir el cotejo por Israel. El sinker del veterano estuvo como en sus épocas doradas y desestabilizó por tres entradas a la ofensiva de una Corea del Sur que vio a su estrella Dae-Ho Lee no conectar inatrapables en cinco turnos, poncharse dos veces y dejar a cuatro corredores en el plato.
El abridor israelí demostró cómo un lanzador debe afrontar este tipo de torneos plagados de limitaciones. Marquis salió rápidamente de sus contrincantes, ponchando a tres, concedió solamente dos inatrapables e induciendo roletazos que terminaban las intentonas de los maderos coreanos.
Los bates de Israel tampoco enseñaron mucha potencia, pero sí una paciencia que siempre los mantuvo en circulación y amenazando con pisar el plato en reiteradas ocasiones. Eso les permitió picar adelante en la segunda entrada, porque un boleto negociado por Nate Freiman inició un ataque que iba a concluir Tyler Krieger con otro pasaporte y la primera rayita del Clásico Mundial.
El juego iba transcurriendo y los brazos de Israel seguían retirando entradas. El grupo de relevistas comandados por Zach Thornton -ganador del set-up del año en la LVBP en la campaña 2015-2016-, Jeremy Bleich, Gabe Cramer y Alex Katz se unieron para lanzar cuatro episodios, en el que solamente concedieron una carrera y mantuvieron a su selección en el marcador.
Mientras que los lanzadores de Corea del Sur también se encargaban de recibir elogios. Especialmente Seung Hwan Oh, quien entró al juego en la octava entrada con tres corredores en las bases, pero con cuatro rectas se encargó de ponchar a Scott Burcham. El cerrador de los Cardenales de San Luis lanzó 1.1 innings, solo permitiendo un hit y guillotinando a tres rivales.
El encuentro se iba a entradas extras y la tensión empezaba a caer sobre los locales. La ofensiva de Israel seguía embasando jugadores con su paciencia (negociaron nueve bases por bolas), pero la falta de potencia no les permitía tomar la ventaja. Mientras que Corea del Sur no acumulaba corredores, y las dos doble matanzas de los visitantes, limpiaron las pocas oportunidades.
La décima entrada iba a terminar de concretar la sorpresa. Ike Davis recibía boleto, y llegaba a tercera con un sencillo de Ryan Lavarway. La desesperación de los visitantes los obligaba a intentar un squeeze play que no fue bien ejecutado por Tyler Krieger, pero que afortunadamente Scott Burcham ibaa corregir con un sencillo que acercaba a Israel a la victoria en su primera participación en un Clásico Mundial.
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Los hebreos estaban arriba en el marcador y Josh Zeid iba aterminar de demostrar que era el más valioso del encuentro. El relevista, que entró al juego en el octavo episodio, trabajó tres entradas en blanco, concediendo solo un inatrapable y ponchando a cuatro contrincantes para llevarse la victoria del cotejo.
Quinto extrainning en Clásico Mundial
Es la quinta oportunidad que en un encuentro del Clásico Mundial se resuelve en entradas extras.
2006: Cuba 8-6 Panamá en 11 innings
2009: República Dominicana 1-2 Holanda en 11 innings
2009 final: Japón 5-3 Corea del Sur en 10 innings
2013: Japón 4-3 China Taipei 10 en innings
2017: Israel 2-2 Corea del Sur en 10 innings
Fotos: AP