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Beisbol Venezolano

El campeonato se gana desde la oficina

Por Meridiano

Martes, 23 de enero de 2018 a las 12:32 pm

Manuel García Velázquez | César Sequera Ramos || Barquisimeto

La final de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional comenzó mucho antes del primer lanzamiento de Junior Guerra en el Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto. Las gerencias de Cardenales de Lara y Caribes de Anzoátegui han luchado durante toda la temporada por mantener a flote sus proyectos que parecen ir en caminos diferentes, pero ambos altos mandos desean llegar al mismo destino que es el campeonato de la 2017-2018.

El gerente general de los crepusculares, Carlos Miguel Oropeza, zanjó de inmediato las diferencias de ambos equipos. Sin embargo, elogió la capacidad que han tenido los ejecutivos de los orientales para recomponer un equipo que luchó su clasificación hasta las últimas semanas: “Ambos equipos llegaron en un buen momento desde que terminó la ronda regular. No obstante somos dos equipos completamente diferentes en sus estilos. Caribes tiene ofensiva con mucho poder en todas sus líneas, Cardenales tiene un ataque mucho más dinámico por las características de nuestros peloteros. El pitcheo nuestro ha sido mucho más consistente en toda la temporada. Ellos (Caribes) han hecho un trabajo importante en la postemporada en el ámbito gerencial porque han reestructurado todo el cuerpo de lanzadores de una manera impresionante y eso tiene su mérito también”.

“El éxito de llegar a dos finales consecutivas es producto de un plan trazado desde hace varias temporadas sin importar los resultados adversos que tuvimos también en esos años anteriores. Hace tres zafras comenzó la reestructuración del equipo cuando el sistema de puntos nos juega una mala pasada y quedar eliminados como quedamos fuera que fue en un juego extra con Leones y que nos dejaran en el terreno en el Universitario allí en ese juego forjamos el carácter de este equipo”, comentó el gerente sobre la estructura del equipo.

El alto mando de Cardenales ha realizado movimientos importantes en las últimas campañas. El antesalista Carlos Rivero llegó vía cambio igual que Ildemaro Vargas y el receptor Gustavo Molina lo firmaron luego de estar libre: “Nosotros cuando realizamos los cambios no observamos a los peloteros que dejamos ir. Vemos a los peloteros que queremos obtener. En los últimos dos años nadie ha ganado más juegos que nosotros y nadie nos ha regalado estar en dos finales consecutivas. En esta final estamos enfrentando a Luis Jiménez, quien lo dejamos ir hace unas temporadas y él tiene mucho mérito de mantenerse sano ha ayudado mucho Caribes esta temporada. Pero esas son cosas del beisbol y debemos pensar es en nosotros, en hacer los cambios más oportunos que se adecuen al estilo de juego que queremos adoptar”.

José Yepez, gerente deportivo de los pájaros rojos, apuntó que la principal diferencia entre el año pasado y la actual zafra es la experiencia que hay en el terreno y en las oficinas: “La diferencia en lo personal en este segundo año como gerente en el equipo es que desde los primeros días de campaña todos sabíamos que era lo que queríamos y hacia donde teníamos que remar como gerencia. Eso se evidenció al momento de tomar los refuerzos los elegimos de acuerdo a nuestra experiencia y lo que buscábamos como equipo. También es importante para nosotros que los muchachos vayan obteniendo madurez. Parte de lo que buscamos en casos puntuales en el equipo es conseguir jugadores con el suficiente rodaje para que nos vayan ayudando en situaciones específicas del juego. La gerencia entiende que tener un núcleo joven es importante, pero en la postemporada tenemos que tener otro tipo de peloteros y los tenemos en este momento”.

Los numeritos. El gerente de operaciones de beisbol, Richard Gómez, declaró que la visión que ofrecen los numeritos también es importante en la toma decisiones del alto mando crepuscular: “Esta temporada en la gerencia mantuvimos la visión sabermetrica a la hora de buscar a los importados y al momento de buscar cualquier cambio con otra organización de la LVBP. El trabajo en las operaciones de beisbol de Cardenales es poder ofrecer otra visión al alto mando para tomar una decisión correcta. A la hora de escoger los refuerzos también seguimos estos patrones”.

Lograron recomponer el curso. El mánager de la tribu, Omar López, no solo comandó al equipo desde el terreno de juego, también tomó la responsabilidad de traer peloteros que lo ayudaran en su intento de sacar a los orientales de los últimos puestos de la tabla de clasificación durante la ronda regular. El piloto fue el estratega desde las oficinas hasta la cueva: “La gerencia deportiva era una estructura que tenía muchos problemas y tuvimos que hacer algunos cambios para conseguir los resultados que definitivamente llegaron. Las cosas no se estaban haciendo bien y por eso, casi estuve fuera de Caribes. No estaba contento cómo se manejaba ese departamento. No soy un mago para hacer cosas sin los elementos necesarios. Pero gracias a Dios eso es un capítulo cerrado. Ahora se toman mejores decisiones y en parte por eso estamos aquí. Sobre buscar peloteros no es algo nuevo porque incluso en años anteriores también me tocaba. Por ejemplo, ahora hicimos contacto con Sergio Romo, pero no quiso venir. Ya en la final no voy a traer peloteros que no conozca”.

El presidente de Caribes, Rafael Gruszka, se declaró fanático del estilo de juego de Caribes describió porque la organización está en la final: “Creo que hay varios factores: primero tener un grupo conformado por gente nueva talentosa y sumar con gente de mucha experiencia como Luis Jiménez o René Reyes. Pero lo más importante es la química que se siente en el clubhouse y la relación entre peloteros, directiva, mánager. Ahí se construye una confianza que se nota en el terreno de juego, porque salimos a jugar divirtiéndonos. Por esa intensidad al jugar me considero el fanático número uno. Me vuelvo loco viendo jugar a Caribes”.

Importados a granel. Gruszka dijo que no le tiembla el pulso al momento de sacar y traer importados: “Yo creo que debe ser así. Para eso nos dieron las divisas. Por ejemplo, Denis Phipps era un pelotero fundamental nosotros, pero llegó produciendo muy poco y lamentablemente lo tuvimos que cesantear. Nosotros les damos un tiempo prudencial a los peloteros y si no rinde buscamos otras opciones. El beisbol es el deporte más incomprensible y esa familiaridad entre todos los miembros de la organización provoca que sean más los aciertos que los fallos”.

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