Manuel García Velázquez / @ManuelGarciaVe
La dinastía de los Tigres de Aragua sigue en los libros de récord de las finales de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, así lo piensa Alex Romero, quien en el primero de la serie entre Cardenales de Lara y Caribes de Anzoátegui en Barquisimeto llegó a 51 imparables en contiendas decisivas y empató en el noveno puesto Luis Maza, infielder destacado de los bengalíes a principios de la década pasada.
El jardinero, quien fue tomado de refuerzo por los crepusculares luego de Águilas del Zulia quedó eliminado en la primera serie de playoffs logró cuatro títulos con los aragüeños y en la final de la campaña 2006-2007 fue galardonado con el premio al Jugador Más Valioso de esa justa decisiva.
Romero luego de enfundarse el uniforme de los pájaros rojos antes del segundo juego ante los orientales salió a bromear con Alex Núñez. También pelotero de ese equipo de Tigres que tantas alegrías dio a sus fanáticos: “Cuando me dicen el nombre de Luis Maza y los Tigres se me eriza la piel. Con él (Maza) yo jugué en Ligas Menores. Nosotros compartimos muchas cosas juntos. Somos amigos dentro y fuera del terreno. No hay competencia por eso, soy un fanático de lo que hizo, de la forma en que jugaba, me enseñó a dar lo mejor de mí en este beisbol. Es increíble cómo se sigue hablando de ese equipo”.
El experimentado patrullero de 34 años de edad está en busca su séptimo cetro en la pelota criolla luego de coronarse campeón la zafra anterior con las Águilas del Zulia: “Simplemente soy un amante del trabajo, de lo profesional. Le doy gracias a Cardenales por tomarme en cuenta en el momento del draft, vine a tratar de ayudar de la mejor manera y las cosas me han salido. Álex Romero no es un pelotero que se caracteriza por los logros personales, sino que el equipo gane”.
“En cada una de las nueve finales que he jugado trato de dar lo mejor de mí. Siempre hay nervios en finales y trabajo para mejorarlos, para llegar a un nivel en el que puedas hacer las pequeñas cosas. Todas las finales tienen un gustico diferente, algo que te atrae y es algo que me permito al ser profesional”, aseguró el jardinero.
Romero se tomó un segundo para intentar explicar como un bateador puede tener la habilidad de colocar la pelota en cualquier parte del campo con el madero: “Mucha gente me dice. Como lo haces (batear) tan fácil, pero soy una persona que me gusta ver muchos videos, llegó a la 1:00 pm al estadio a trabajar y eso no te lo regalas, ni lo puedes comprar, eso lo hace el trabajo la paciencia, las ganas de querer mejorar junto a los coaches, para crear una mentalidad positiva como pelotero. Gracias a Dios me han salido las cosas bien, a veces si otras no, pero no me gusta darle oportunidad a los pitchers, porque ellos no te las van a dar a ti. Uno tiene que esperar que ellos se equivoquen para accionar.
Cuando el guardabosque toma su práctica de bateo antes los encuentros lo hace con una camisa que tiene en su espalda el sobrenombre “El Caballo”. Romero piensa que hay que tener mentalidad ganadora para llevar ese apodo tan característico de un jugador determínate en el terreno: “Desde que empecé a jugar pelota he sido una persona positiva. Apuesto mucho a mí, tratar de hacer mis cosas, producir, y cuando llamas cosas buenas, eso te va a pasar. Cuando pides y haces cosas de corazón te van a llegar, soy un hombre de fe. Solo trato de dar lo mejor de mí”.
La palabra retiro luce muy lejos para un pelotero que piensa en 2018 poder trabajar su físico para continuar jugando en la LVBP: “Hay propuestas en México, pero el año pasado no me sentí bien ahí. Estoy un poco cansado y creo que me debo dedicar más al gimnasio para mantenerme más físicamente y si voy a Italia lo podré hacer, allá puedes hacer un mejor trabajo y creo que esa será la mejor opción para mí en 2018. Quiero seguir activo varias temporadas más en la pelota criolla y lo lograré”.