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Beisbol Venezolano

Oswaldo Guillén pide controlar a fanáticos violentos

Por Meridiano

Lunes, 30 de enero de 2017 a las 10:44 am

Pedro Felipe Hernández

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En su primer año como dirigente en su país, el estratega de los Tiburones de La Guaira, Oswaldo Guillén, expresó que se gozó su regreso a los terrenos de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional y reencontrarse con amigos, al tiempo que admitió que no fue fácil estar al mando de un equipo, porque considera que dirigir en su tierra natal es mucho más complicado que hacerlo en la Grandes Ligas. Sin embargo, no todo fue risas y felicidad en el mirandino, ya que aseguró que la cultura del venezolano se perdió y muchos aficionados olvidaron la palabra “respeto”.

“Le agradezco a Tiburones darme la oportunidad de volver a mi país, poder compartir con mis amigos, volver a comer pan con pernil en la carretera a Maracay, que tanto tiempo tuve sin disfrutar”, dijo el piloto de los escualos, a los que dejó entre los mejores cuatro del campeonato. “Pero debo dejar claro que, aunque disfruto todas esas cosas con mis panas y familia, me duele mucho cómo conseguí a Venezuela con la cultura y actuación de muchos aficionados”.

El mandamás de 53 años de edad es conocido como un hombre temperamental. Sin embargo eso sucede cuando no le muestran respeto, como él quiere que le tengan. “Yo respeto al que me respeta. Yo solo pido eso. De mí dirán que soy esto, que soy lo otro, pero lo único que pido es respeto”, comentó Ozzie. “En el público siempre habrá el que se cree mánager, pero son cosas que están de siempre. Me pueden decir que dirijo mal, que hice un mal cambio, que por qué no puse a fulanito a jugar, pero no que me digan groserías, porque allí se pierde el respeto. Además eso se ve feo y daña el espectáculo. No a mí, sino a las personas que tienen al lado y deben soportar semejantes vulgaridades. Ellos no pagaron para escuchar esas cosas, sino para ver el juego de béisbol”.

Fueron varias las oportunidades en las que Guillén discutió con los umpires por alguna jugada que no le pareció la mejor tomada por el cuerpo de árbitros, pero para él es su forma de ser y una evidencia de que lo deja todo en el terreno.

En el último desafío de los litoraleneses (quinto juego de la semifinal ante Cardenales de Lara) el mánager de los salados fue expulsado por discutir contra el umpire principal del careo. Al finalizar aceptó que perdió el control y pidió disculpas a sus jugadores.

“Me sentí mal porque cuando vi que me sacaron faltaban tres innings. Es como si el capitán se tire al agua y el barco siga. No me sentí triste, pero sí un poco mal. Mucha gente puede decir que yo salí a discutir una jugada. Creo que el umpire tenía razón, no me sacaron por la jugada, sino porque se me pasó la mano. Esa es mi manera de vivir el juego. Los umpires tenían razón en la jugada, tenían razón de haberme botado. Entonces uno se siente un poco fuera de forma cuando en un juego tan importante del equipo la cabeza se va. Por eso usé el mitin al final del encuentro para explicarles a los muchachos. No me sentí culpable porque ese era mi trabajo. Era mi responsabilidad y no soy alguien que se esconde detrás de los samanes”, contó Guillén, que se caracteriza por su vehemencia. 

Campaña contra los malos fanáticos. El único piloto latinoamericano en conquistar una Serie Mundial (Medias Blancas de Chicago, 2005) dejó un mensaje claro a la Liga y pidió a la prensa hacer difusión a sus palabras para corregir este problema tan grave (el de la pérdida del respeto) que arropa al beisbol criollo.

“Hay que hacerle campaña a esto. Aquí el año que viene hay que parar a los vulgares del estadio. A mí no me gusta la violencia, así que la Liga debe tomar cartas en el asunto, como se hacía antes, que castigaban a los revoltosos, los busca problemas”, aseveró. “De regresar la temporada que viene esa campaña es lo primero que haré, se los juro. Me voy a reunir con (Oscar) Prieto Párraga porque a esto hay que darle un parado. No se puede, la cultura la perdieron todos, no porque me digan groserías a mí o a los peloteros, sino que cuando yo volteo y veo están rodeados de niños, damas y familias que no está pagando para tener que soportar ese tipo de eventos”.

Ozzie recordó un episodio lamentable que vivió en el Antonio Herrera Gutiérrez con un aficionado, cerca del dugout de los vistantes.

“En Barquisimeto me ocurrió un caso en el que un niño en pleno juego me pidió un autógrafo y yo cordialmente le dije: “Papi ahorita no puedo, porque estoy en pleno juego. Al terminar lo hago” ¿Y qué pasó? Salió el papá del niño y me gritó: ‘Guillén, sucio fírmale la pelota al niño, no llegarás a nada’. Me dio tanta impotencia y le respondí al sujeto: ‘¿tú donde trabajas? ¿Si eres jefe de banco acaso le digo a mi hijo que vaya interrumpirte en tu trabajo? Bueno, este es mi trabajo y no puede ser interrumpido”. Fue una situación lamentable porque así no deben actuar las personas. Dónde quedó la educación”.

El reclamo de Guillén prosiguió con la falta de respeto que contempló en el estadio Universitario. “Es increíble las tamañas  groserías que dicen muchos, frente a damas y niños, porque estamos perdiendo la integridad personal. Entonces tú miras al individuo diciendo las vulgaridades, lanzando objetos al terreno y no ves un policía o seguridad que haga algo, o los mismos fanáticos de al lado que no le dicen nada, sabiendo que están dañando el espectáculo, porque a fin de cuentas esto es un espectáculo”.

No hay seguridad. Guillén se impresionó al ver que los desadaptados que buscan revueltas y causan bullicio en las tribunas no fueron detenidos por la seguridad.

“Muchos de los personales de seguridad no hacen su trabajo como deberían, porque en lugar de evitar ese tipo de inconvenientes están pendientes de ver mujeres o de ver el juego”, arrojó. “Los policías y militares deben darle peinillazos a esos tipos, como se hacía antes. Cuando yo jugaba aquí veía bastante esos episodios y los policías se encargaban de llevárselos y castigarlos. Ojalá eso se haga de nuevo, porque es fuerte, pero que no salgan los que defienden los derechos humanos a decir “no les peguen, son seres humanos” porque esos busca problemas les hacen más daño a la gente que los rodea, muchos de ellos niños de cuatro a diez años; y eso que ven es lo que aprenden”.

Ozzie se postuló para resolver el problema y eso lo intentó al reunirse con otros dirigentes que también sufrieron del mismo problema. “En cada juego que dirigí esta campaña lo que hice fue hablar con cada mánager para unirnos y pedir el cese de este problema. Si necesitan que yo pida ayuda a un militar yo la busco. Eso no significa que yo sea chavista u opositor. Soy venezolano y me duele lo que pasa”, declaró el exjugador de los Tiburones por 13 temporadas y campeón en tres de ellas.

 

El momento embarazoso de la  final. El tercer compromiso de la final entre Águilas del Zulia y Cardenales de Lara fue manchado por la actitud tomada por personas que visitaron el Luis Aparicio “El Grande” de Maracaibo. Ozzie no dejó pasar la oportunidad de opinar sobre ese episodio. ¿

“Yo el día del tercer juego entre Águilas y Cardenales tuve que desconectarme del Twitter, porque cuando veo semejante atropello que hicieron esos fanáticos quería decir unas cuantas cosas  y recordé que a mí no solo me siguen aquí en Venezuela, sino en Estados Unidos y otros países y no quiero que tengan una mala perspectiva de mí. Solo comenté una publicación en Instagram en  la que comenté: ‘No opino ni más nunca opinaré sobre nada en esta liga en absoluto. Ya no me importa, ni me importará. No vale la pena que pierda mi energía y tiempo de ninguna manera positiva o negativa. Mi opinión no vale la pena. Entonces no me preocupo para nada de eso’. Porque ellos fueron los que dañaron ese juego, no los jugadores de Lara o los de Zulia. Fueron los fanáticos desadaptados”, explicó Guillén. “Aquí se perdió el respeto. Eso fue lo que más me dolió de regresar a Venezuela, ver esta cultura tan dañada que en mis tiempos no se veía”.

Guillén para la 2017-18. Finalizó la pelota rentada en el suelo criollo, pero los dueños de equipo no descansan para preparar  la nueva temporada. Esto incluye contratar nuevas piezas en el roster, identificar qué mejorar y tomar la decisión de si  mantener o no al piloto  en el cargo. Estos puntos fueron discutidos el pasado 20 de enero, en el que Guillén cumplió años y decidió celebrarlo junto al cuerpo técnico y directivos de la novena guairista.

“Yo no celebro esa fecha. Sí recibí muchos mensajes y agradecido con eso, pero ese día lo tomé para reunirme con los panas del equipo y estudiamos las cosas malas, buenas, qué debemos arreglar y también la oferta para seguir dirigiendo”, dio a conocer Guillén. “Sí, recibí la oferta, pero no la quise firmar porque no  deseo estar comprometido por una firma, porque si mi esposa decide no regresar, yo le haré caso a ella. Pero de que querer regresar, claro que sí, porque mi trabajo quedó inconcluso y yo la pasé muy bien, con estrés, pero bien”.

Lo que diga la familia signará la decisión de Ozzie sobre continuar sus labores en la zafra 2017-18. “Yo vengo, hasta ahora vengo. Mi familia está contenta con que yo sea el mánager de Tiburones. A mí me encantaría regresar”, expresó. “Si es por el deseo estoy seguro de regresar, y eso que el año fue duro, pero eso yo lo sabía antes de iniciar el año”. 

Guillén se despidió de la entrevista con un mensaje claro para los guairistas: “Yo no vine, ni estoy por el dinero. No sé cuánto cobro. Ese cheque se lo dejo a mi esposa, porque si es por dinero gano bastante con mis otros negocios y en ESPN. Quiero seguir siendo el mánager de Tiburones porque tengo miedo de que me vaya y el equipo quede campeón sin mí”, finalizó.

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