Pablo A. Rondón M. || @PablinhooAlee
Luego de un par de años en roles alternativos, el venezolano Robinson Chirinos tiene la carta para aparecer detrás del plato todos los días desde el primer juego oficial de Rangers de Texas, que abrirá la temporada 2018 ante los campeones mundiales, Astros de Houston.
Sin embargo, el reto no es sencillo, pues el trabajo que el careta debe ejercer es fundamental en las aspiraciones de los ‘vigilantes’. Una buena comunicación con el cuerpo de pitcheo y ganarse su confianza son los aspectos a establecer.
“Esa es la meta para mí mismo y para todos en el cuerpo monticular. Trabajar rápido, no demorar en sacar outs y darle a la ofensiva la oportunidad de anotar carreras”, reconoció el falconiano en una entrevista que dio al portal lasmayores.com.
Son varios los nuevos serpentineros que llegaron a Arlington, como los experimentados Bartolo Colón, Doug Fister, Jesse Chávez, además de Matt Moore, que ha iniciado 137 juegos con efectividad vitalicia de 4.27, junto a otros más con los que Chirinos deberá laborar y mejorar los números colectivos de los brazos tejanos (4.66, undécima del joven circuito).
Para el criollo el reto no es nuevo: “... forjar la relación para que me tengan confianza cuando esté detrás del plato”, destacó.
Se ganó la confianza luego de disparar 17 cuadrangulares en 263 turnos durante la zafra pasada, que le adjudicó un slugging de .866, uno de los tres mejores dentro de los receptores en la Liga Americana. Además, retiró a 24.6% de quienes le intentaron robar bases.
Quien respaldó esta idea es el mánager del club, Jeff Banister: “En cuanto a su talento se refiere, está firme detrás del plato”.
Y el motivo es su evolución dentro de la posición: “Ha mejorado a la hora de recibir la bola y la bloquea bien. Se ha convertido en un verdadero estudiante de los informes avanzados de los escuchas y eso lo ayuda a pedir los juegos”, afirmó el dirigente.
Ya ha recibido en ‘opening day’, pues tanto en 2015 y 2016 apareció en la alineación inaugural, empero, en el 2017 le tocó ver desde el dogout el estreno de su club, mientras Jonathan Lucroy era el que se colocaba los asperos. El norteamericano fue una adquisición de última hora hace par de años y de la misma manera, fue transferido a Rockies de Colorado durante el finalizado calendario.
El estratega valoró la actitud del pelotero de 33 años una vez tuvo en su mando al estadounidense: “Obviamente, Chirinos tiene su orgullo. Había sido [nuestro titular] durante años y mostró su gran carácter al hacerse un lado y dejarle ese puesto a Lucroy”.
“Simplemente voy a tratar de aprovechar la oportunidad, mantenerme saludable todo el año, disputar todos los juegos que pueda y lo demás se resolverá por sí solo. Tengo que hacer mi trabajo y ayudar a este equipo a regresar a la postemporada. Lo que pase después de eso es lo que va a pasar”, expresó el nacido en Punto Fijo al saber que la posibilidad de ser el jugador de todos los días depende de él mismo.
Texas firmó a catchers como Juan Centeno, Curt Casali y Michael Ohlman, pero todos son para darle profundidad al puesto.