Raúl Pérez / @enriul
Este miércoles, de la manera más triste y desgarradora, se apagaron los sueños de Daniel Flores, joven prospecto de Medias Rojas de Boston, quien no logró superar un letal cáncer que acabó con su vida.
Al parecer, Flores llegó hace una semana a Boston debido a unos dolores en la espalda baja. Luego de varios exámenes, se detectó un cáncer de páncreas avanzado, el cual no logró superar.
Daniel, un muchacho que hace no más de cuatro meses, firmó contrato de 3.1 millón de dólares con Medias Rojas de Boston (máximo bono que se le puede dar a un prospecto), estaba catalogado como uno de los mejores jugadores a futuro y, según los conocedores del beisbol, era el mejor receptor joven desde la aparición de Gary Sánchez.
Margariteño de nacimiento y magallanero por decisión, Flores sorprendió desde pequeño por su madurez, la capacidad que tenía detrás del plato y su buen bateo, desde ambos lados del plato.
“Solo quiero ganar una Serie Mundial con los Medias Rojas”, fueron las palabras de Flores al momento de firmar su contrato. “Trabajo mucho para tener la excelencia que me exigen mis entrenadores y Boston. Además, ese fue el principal valor que me inculcó mi madre”.
Tanto en Venezuela, como en Estados Unidos, solo se escuchaban elogios para Flores, seguidor de Salvador Pérez, con quien pudo llegar a compartir.
Su organización, a través de un comunicado, lamentó tan lamentable pérdida. “Todos en los Medias Rojas estamos devastados al escuchar sobre la trágica muerte de Daniel”, afirmó el Presidente de Operaciones de Beisbol de los patirrojos, Dave Dombrowski. “Ver que la vida de un joven con tanto talento, y que prometía tanto, se corta tan rápido, es extremadamente triste para todos nosotros”.
Los bostonianos, a su vez, se solidarizaron con la familia del criollo. “En nombre de la organización, me gustaría extender nuestras más profundas condolencias a la familia de Daniel”, finalizó el comunicado.
Flores, un joven que aspiraba no solo a llegar a Grandes Ligas, sino establecerse en las mayores y jugar entre 15 y 20 años al más alto nivel, puso fin a su camino de manera abrupta y, luego de estar luchando contra un terrible cáncer en la ciudad de Boston.
Paz a sus restos.