César Sequera Ramos || @CesarSequera11
El juego entre los Yankees de Nueva York contra los Marineros de Seattle sirvió para al Félix Hernández de antaño. Para lo bueno y malo, porque a pesar de lanzar 7 entradas, permitiendo solamente 1 carrera, 3 inatrapables y ponchando a 9 como acostumbraba a hacerlo constantemente, tuvo que cargar con la derrota por el poco el nulo apoyo ofensivo recibido que padeció gran parte de su carrera.
Pero lejos de molestarse, entiende que pude ser el inicio de un “Rey” dominante con la disminución de velocidad en recta o la energía de hace años. “Estaba en racha este juego y fue algo genial de ver”, aseguró el mánager de los Marineros de Seattle, Scott Servais a MLB. “Vamos a necesitar esa consistencia de él durante la segunda mitad”.
Aunque todavía la fuerza de su brazo sigue desaparecida, Hernández mostró ese cambio de velocidad que esquiva los maderos rivales y esa enorme curva que lo llevó a ganar el Cy Young en 2010. Su recta apenas tocó las 91 millas por hora, pero tenía la ubicación necesaria para superar la velocidad de manos en sus contrincantes.
Ese repertorio le a Félix Hernández permitió subir un escalón en el departamento de ponches históricos en las Grandes Ligas, consiguiendo 2324 y superando a Rube Waddell en el lugar 49 de todos los tiempos.
“Definitivamente”, respondió el carabobeño cuando le preguntaron si estaba regresando a su estelar forma. “La última vez en Chicago no fue nada bien. Tuve la capacidad de lanzar cinco entradas con una sola carrera, pero estaba regado. Hoy (Ayer) en estaba ahí y haciendo buenos lanzamientos”.
La materia que sigue dándole dolores de cabeza a Hernández son los cuadrangulares. El criollo ha permitido 13 jonrones en 62.2 entradas, mientras que en 2016 le sacaron 19 pelotas del parque en 153.1 episodios. Su derrota contra los Yankees llegó por un batazo de vuelta entera de Brett Gardner.
“Estoy tratando de mantener mi sinker bajo pero a veces no desciende mucho”, aseguró Hernández que entiende que dio un paso adelante a pesar de la derrota. “Todo se sintió bien”, concluyó.